“Abirám, escucha, seguiremos en la lucha” gritan en sepelio del activista asesinado en Xalapa

Amigos despidieron el cuerpo del activista/Plumas Libres
- en Sociedad

Por Francisco De Luna /

Xalapa, Ver.-En el cementerio “Bosques del Recuerdo” se escucharon las voces para exigir justicia y pedir el esclarecimiento del asesinato del activista Abirám Hernández Fernández. 

El cortejo fúnebre partió desde la avenida Murillo Vidal a las 10:00 de la mañana. Decenas de personas, familiares, amigos y activistas acompañaron al joven defensor de los Derechos Humanos para darle el último adiós.

A las 11:00 de la mañana se escuchó la protesta de sus amigos, pero también de sus familiares.

Él tenía 37 años de edad. Acompañó a diversas familias en la búsqueda por los desaparecidos en Xalapa. Fue fundador del Colectivo por la Paz Xalapa.

Abirám, escucha, seguiremos en la lucha” se oyeron los fuertes reclamos en el panteón Bosques del Recuerdo, mientras lloraban por la ausencia del muchacho a quien recuerdan fuerte, aguerrido y siempre dispuesto a ayudar.

Él fue asesinado la madrugada del sábado 30 de marzo. Fue encontrado sin vida dentro de la sala en su vivienda ubicada en la colonia Arboledas del Sumidero, uno de los sectores poblacionales más peligrosos de la ciudad de Xalapa. Murió por un fuerte golpe en la cabeza.

Mizraim, hermano de Abirám dio el mensaje a quienes le acompañaron “si estamos aquí es por él. Me permitió conocerlos, nos dio su corazón. Es nuestro amigo, es nuestro hermano”, pronunció ante las miradas de llanto, cabizbajos y el puño de tierra que en segundos fue arrojado al ataúd.

No hay silencio. Le lloran. Se tocan el pecho para suspirar profundamente. La mañana es fresca y hasta grisácea. Es el sepelio de Abirám.

Él ya no está, nos los arrebataron”, dice un joven que se acercó al féretro, a quien le sujetan del brazo porque su dolor es tanto que la presión bajó, instantes después se sentó para llorar la pérdida de Abirám.

Al lado los papás del muchacho activista, abrazan la fotografía, donde Abirám luce sonriente, alto y delgado. La mamá recarga la sien en el hombro de su esposo, al tiempo que los familiares se abrazan para darse fortaleza.

Atrás los trabajadores del panteón, colocan uno a uno los bloques de concreto para tapar el ataúd donde quedaron atoradas las flores en colores rojo, blanco y amarillo, pero también los recuerdos de cada uno de sus seres queridos.

Hoy ya descansa en paz. Todos aquellos que lo apreciaban le dieron el último adiós en el panteón “Bosques del Recuerdo” de esta ciudad de Xalapa. En medio de la tristeza, el dolor, la impotencia de saber que ser activista y periodista en Veracruz es poner su vida en bandeja de sicarios que operan con toda la impunidad que les brindan los funcionarios desde el poder.

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