Cuando uno no entiende, ni sabe, ni comprende

Rocio Nahle y AMLO se quedan con el negocio de la construcción de una refinería que no viable para el país., según expertos..
- en Opinión

Decía el poeta cuando miraba las llamas y los cristales del aire en la antigua Avenida Juárez de la Ciudad de México:

“…Y uno no sabe nada, porque está dicho que uno debe callar y no saber nada, porque todo lo que se dice parecen órdenes, ruegos, perdones, súplicas, consignas…”

Esta columna se confiesa atribulada por la realidad. No por su condición o su origen o su signo, sino por los extraños caminos de su irrupción.

Uno no entiende estas cosas. Habrá quien sí comprenda. Por ejemplo:

El 22 de marzo La Jornada, de ninguna manera considerada como prensa fifí, publicó estas vehementes palabras del jefe del Ejecutivo:

“No hay experiencia suficiente” en México para construir Dos Bocas: AMLO

Y lo detallaba de esta forma:

“Al salir una vez más en defensa de las empresas extranjeras que participarán en la invitación restringida para la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que “no hay la experiencia suficiente en las mexicanas”, y dijo que no apoyará a las que fueron “corruptas o ineficientes, porque la patria es primero.

“Lo que nos interesa es rescatar a Pemex y que el pueblo no pague caro por las gasolinas. No vamos a estar manteniendo empresas ineficientes”.

“…Se está convocando a las mejores empresas del mundo para este propósito, porque lo que nos interesa aquí sí que es el fin, no el medio; lo que nos importa es darle el valor agregado a nuestra materia prima, producir las gasolinas en México, no comprarlas, como se hace. Para eso necesitamos de la planta, de la refinería, y para decir lo menos fuerte, no hay la experiencia suficiente en las empresas mexicanas”.

Mencionó que “el daño que hicieron éstos fue muchísimo, hay que hacer una lista de agravios, o sea, ayúdenme. No se hizo una refinería desde hace 40 años en el país”.

Si la última refinería en el país se construyó en 1982, ¿qué empresa tiene experiencia en construir refinerías? preguntó.

“Las cuatro que estamos convocando “recientemente han hecho cada una de ellas más de 100 refinerías, hay una que ha construido más de 200 refinerías en el mundo”.

Hoy la realidad es otra: las mejores empresas del mundo, hasta esa cuya habilidad industrial y tecnológica le ha permitido hacer 200 refinerías en el mundo (menos ésta), están equivocadas porque no son capaces de hacer una planta de refinación para 300 mil barriles diarios, con un costo de 8 mil millones de dólares en tres años de trabajo.

Y en su lugar aparece la revelación repentina; el Damasco de la eficiencia: Petróleos Mexicanos es capaz de hacerlo, con la iluminada coordinación de la señora secretaría de Energía, Rocío ­Nahle (quien fue la promotora de esas empresas ahora abandonadas en una invitación desertificada).

¿No era Pemex, en marzo, el mismo Pemex de mayo?

¿Por qué o cómo del 22 de marzo (a pocos días de la muy conmemorada expropiación del 38 del siglo pasado), a estos días, esta empresa dejó de estar considerada entre aquellas inexpertas, incapaces de construir Dos Bocas, según la palabra presidencial?

¿Ocurrió una extraña metamorfosis en tan breve lapso?

¿O simplemente, en marzo, el gobierno carecía de la sabiduría de mayo?

Nadie sabe, nadie supo, nos habrían dicho Carlos ­Riveroll del Prado y Pedro de Urdimalas, escritores de aquella serie radiofónica de la XEW, protagonizada por Salvador Carrasco, llamada El monje loco.

Pero aquí no hay locura ni monasterio: hay acciones de Estado. Y con una de ellas se nos ha hecho evidente el golpe del timón:

“…vamos a rehabilitar las seis refinerías que existen, ya lo estamos haciendo. Este año es una inversión de 12 mil 500 millones de pesos para rehabilitar las seis refinerías.”

Ya empezó el programa y ya les puedo decir que se están produciendo más gasolinas que antes, ya ven cómo me gusta cucar a los adversarios, que dicen que se produce menos.

“A ver, ahí les va el dato, ya estamos produciendo más gasolina en las seis refinerías porque se están operando mejor y se va a invertir en las seis alrededor de 25 mil millones de pesos en dos años. Esto va a significar aumentar la capacidad de producción.

“Nos entregaron las refinerías produciendo alrededor del 30 por ciento de su capacidad y ya está mejorando, ya vamos como en el 35 y consideramos que podemos llevar la producción hasta el 90 por ciento.

“No es nada del otro mundo, las refinerías en Estados Unidos producen casi a toda su capacidad, 95, 98 por ciento. Imagínense cómo nos dejaron la industria petrolera, que las refinerías estaban produciendo al 30 por ciento de su capacidad.

“Lo otro es que se va a construir la refinería de Dos Bocas, ya lo anunciamos ayer, y va a tener capacidad para procesar 300 mil barriles diarios.

“Consideramos que vamos a lograr, en el 2022, para ser exactos mayo de 2022, vamos a tener ya autosuficiencia en producción de gasolinas. Es todo un desafío, pero lo vamos a lograr.

“Se va a construir la nueva refinería en ocho mil millones de dólares y lo vamos hacer en tres años”.

Y ante esta demostración de firmeza, el jefe del Estado recurre a su aliada incondicional, la Historia:

“…Cuando el general Cárdenas tomó la decisión de expropiar el petróleo (perdón, con todo respeto, pero don Lázaro Cárdenas nunca expropió el petróleo; expropió las instalaciones industriales por un laudo laboral incumplido), la sentencia, repito, de las compañías petroleras extranjeras fue en el sentido de que los mexicanos no íbamos a poder sacar adelante a la industria petrolera y que íbamos a tener que ir a buscarlos, pues se quedaron esperando, porque los mexicanos sacaron adelante la industria petrolera”.

Y es entonces cuando la confusión se agiganta:

¿Y todo esto, con tan inmejorable ejemplo de nuestra hagiografía nacional, con el ejemplo de nuestro querido general en el horizonte, no lo sabíamos en marzo, cuando se invitó a las “mejores” empresas del planeta?

Esta cancelación agranda el catálogo de los quehaceres interrumpidos. En cierto modo iguala al gobierno actual con el de Peña Nieto cuando decidió, por inexplicadas razones, abortar el tren a Querétaro.

Obviamente las causas y circunstancias son distintas, pero el hecho es sencillo: en lugar de un tren hoy tenemos un camino de aire.

Así se cancelan las cosas en México, sea por motivos justos o injustos, por caprichos, por presiones o por politiquería. No sabemos cuál es el caso ahora. Pero en la suma ya tenemos un aeropuerto olvidado cuando se había construido la tercera parte.

Planificamos obras de energía, por ejemplo, y abandonamos la segunda refinería de Tula cuando se había construido la barda más larga e inútil del mundo. Íbamos a refinar crudo y nada más pusimos tabiques en la nopalera.

En Guerrero íbamos a hacer una presa para después generar energía eléctrica, y nos echaron abajo “La parota”; por la inconformidad de un grupo de ejidatarios.

En Altamira, Tamaulipas, se canceló un proyecto de energía limpia, por razones de corrupción, dijeron.

“ (Eje central).- Al frenar la obra de CT Altamira, también se verán afectados los usuarios y las finanzas públicas ante la falta de generación de energía a menor costo y de manera más eficiente. La termoeléctrica de Altamira es una de las 13 centrales de generación eléctrica que hay en el país y que aportan, en total, mil 988 MW; por lo que el cierre anticipado del proyecto generará un daño a la comunidad que recibiría el servicio calculado inicialmente en 316 megawatts de energía.

“Además, el gobierno mexicano dejará de cumplir con los compromisos internaciones en materia de reducción de contaminantes”. En fin, apenas unos ejemplos.

Y así seguimos, con buenas o malas razones, a veces con aparentes sinrazones, pero México es un país donde muchas cosas se cancelan, otras se abortan y algunas más se hacen sólo a medias. Quizá por eso muchos no entendemos nada. A veces, ser mexicano resulta desesperante, dijo el filósofo Lorenzo Favela.

 

Twitter: @CardonaRafael
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