Separan a sacerdote acusado de abusar de niña en Puebla.

El arzobispado de Puebla recordó a los curas, que la tarea del sacerdote es favorecer el encuentro del corazón humano con el divino. Alberto N, sigue prófugo.
- en Sociedad

Ciudad de México, México.-Un sacerdote católico identificado como Adalberto «N», quien tenía a su cargo el Ex Convento de Santa María Magdalena ubicado en el Municipio de Quecholac, Puebla, fue separado de sus funciones eclesiásticas tras ser acusado de abusar sexualmente de una menor de edad.

En conferencia de prensa, el Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, aseguró que el sacerdote no está prófugo, pero explicó que fue separado de sus funciones hasta que la Fiscalía General de Estado (FGE) determine si es o no responsable del delito que se le acusa.

Asimismo, indicó que la familia de la menor presuntamente abusada ya interpuso la denuncia ante la FGE, pero subrayó que también debe iniciar el procedimiento de denuncia en los tribunales eclesiásticos para aplicar las sanciones correspondientes contra el sacerdote.

A la familia se le ofrece un trato digno y la disposición de escucharlos, repito, el sacerdote no está prófugo, ha sido separado de la comunidad como lo ordena el Papa, como una medida cautelar hasta que se aclare, su inocencia o culpabilidad», informó el Arzobispo de Puebla.

Destaca arquidiócesis tarea de sacerdotes

En medio de la polémica por abuso sexual que presuntamente cometió un párroco de Puebla en contra de una adolescente, la Arquidiócesis Primada de México destacó la urgencia de que los ministros de la Iglesia se encuentren con el hombre de carne y hueso, recordando que la tarea del sacerdote es favorecer el encuentro del corazón humano con el divino.

La Arquidiócesis dedicó la editorial del semanario «Desde la Fe» a la vocación sacerdotal, destacando que mucho se habla sobre la supuesta necesidad de que la Iglesia y sus ministros se modernicen, no obstante, advierte que poco se habla de la urgencia de encontrarse con lo sagrado y lo profundo de la conciencia.

«Poco se ha dicho sobre la urgencia permanente de que los ministros de la Iglesia sigan encontrándose con el hombre de carne y hueso, con el pecador común y corriente, con quien día a día sigue construyendo una familia, con quien hace grande una patria desde su trabajo cotidiano, con quien sufre y anhela, con el hombre de siempre y con lo sagrado y profundo de su conciencia», expuso la Arquidiócesis en su editorial.

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