IVEC, sin política cultural

En el total abandono el edificio de IVEC en el puerto, la humedad lo deterioró/ Jorge González
- en Opinión
Tras telón /Jorge A. González 
Los años transcurren y desgraciadamente la política cultural del estado de Veracruz no ha repuntado ni un paso adelante.
La fórmula de agenda de eventos ya es muy vieja, eso no significa nada si es que se piensa que se está logrando algo.
Silvia Alejandre Prado, directora del Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC) está más ocupada en poner la silla de la Secretaría de Cultura que en lo verdaderamente importante; por lo pronto la Secretaría en este año ya no se le hizo.
La titular del instituto está muy lejos de las exigencias de las nuevas necesidades de una sociedad actual como la nuestra.
Habrá en el escritorio de Alejandre Prado por lo menos un estudio sociocultural para saber cuáles son las prioridades en materia cultural por regiones.
Porque debemos dejar claro que existe una diferencia abismal entre lo que significan las actividades culturales y las acciones en beneficio de la cultura.
Las acciones tienen que ver con la información precisa para saber en dónde se deben reforzar las expresiones culturales, cómo se deben sostener y cómo asegurar su permanencia.
¿Sabemos qué tan deterioradas están las manifestaciones culturales de nuestro estado?
¿Sabemos qué tanto han sido invadidas por lo que los estudiosos llaman la estetización de la cultura? Que no es más que la copia de una falsa identidad que nos impone la industria.
Sólo como ejemplo preguntamos: a caso el instituto ha tomado acciones concretas ante una preocupante crisis que afronta el país sobre las lenguas indígenas.
De acuerdo con el INEGI, en México  se hablan al menos 68 lenguas indígenas, sin embargo 60 por ciento de ellas están en riesgo de desaparecer.
No vemos en el instituto ni siquiera el principio de una política encaminada a lo que ya instruía Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura: “ni una lengua menos ni un hablante menos”.
En dónde están las acciones propias para enfrentar este desafío: protección, preservación, promoción y desarrollo de las lenguas indígenas originarias.
A dos meses de que termine el año 2019, nos queda claro que la titular del IVEC tiene una perspectiva de la política cultural fuera de foco, muy lejos de lo urgente.
Sus acciones personales son evidentes, más encaminadas al control del personal, al acomodo de amigos en su nómina, a los despidos injustificados para tener mayor presupuesto de uso discrecional; todo con la débil e irrisorio excusa de una reestructuración del IVEC.
Mentes verdaderamente brillantes han pasado por la dirección del instituto con el genuino sueño de poder dignificar la filosofía por el que fue constituido el IVEC, y en el camino han visto sus sueños derrumbarse como castillos en el aire.
La realidad fue distinta, se vieron ante un monstruo permeado por la corrupción, los intereses de grupos, personal de encargo, sueldos exorbitantes, viejas prácticas arraigadas, poco margen de maniobra y una miseria de presupuesto.
Dicen quienes han dirigido el instituto que para estar ahí se necesita conocimiento, carácter, estrategia, paciencia, manejo de personal, empatía, pero sobre todo tener experiencia en el cabildeo, hacer política. Les queda claro que no bastan los títulos en el extranjero.
Nos leemos en la próxima.
Facebook: Jorge Alberto González Ramírez

Comentarios

  1. Qué raro. No lo creo. Pareciera tan honesta. Tan determinada. Tan adecuada para el puesto. Tan… lengua larga?… En cuanto al principio de la supuesta política de la Sra. Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura, de ninguna forma ha sido el de “ni una lengua menos ni un hablante menos” y debería ser el de «Soy una lengua más. Soy pura lengua hablando de más», o «Como me encanta la lengua, lengua para todos». Por otro lado, espero que el periodista Jorge A. González no esté abusando de la gráfica usada para la nota y esta fotografía del inmueble del Instituto Veracruzano de Cultura sea una imagen de otros tiempos, y no actual… Y si lo es… Me parecería una desvergüenza. Una deshonestidad. Una total falta de decoro. Una porquería de autoridad al frente de la cultura veracruzana… Y no. No terminaré de acostumbrarme a la estupidez de estos espurios personajes…

  2. Pues ni la tal Alejandra Frausto. Ni la alta pedorrona de Silvia Alejandre Prado hacen un elemento de eficacia y calidad… Fuera!… Ya sáquenlas de ahí… Qué barbaridad… Ineptitud, a lo bestia!

¡Síguenos!

A %d blogueros les gusta esto: