Ciudad de México,. (SinEmbargo).– El Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador saludó de mano y se rodeó tanto de gente del pueblo como de funcionarios de alto nivel los días siguientes a que Omar Fayad Meneses lo visitara hace 10 días en Palacio Nacional. El Gobernador de Hidalgo reveló hoy que tiene COVID-19.
El 19 de marzo, cuando Fayad estuvo en la conferencia llena de periodistas y servidores públicos de primer nivel –incluido el propio Presidente–, en Palacio Nacional también estaban el Secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval; el Almirante Rafael Ojeda Durán, Secretario de la Marina; Javier Jiménez Espriú, Secretario de Comunicaciones y Transportes; el General Ricardo Vallejo Suárez, encargado de la obra del Nuevo Aeropuerto, así como Román Meyer, Secretario de Desarrollo Urbano.
El mismo 18 de marzo, López Obrador participó en el Aniversario 82 de la Expropiación Petrolera. Ahí estuvo con Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, a quien le dio la mano. En ese mismo evento tuvo contacto directo con Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y con Rocío Nahle, Secretaría de Energía. A otro que le habló de cerca el mismo día fue a Lázaro Cárdenas Batel, coordinador de Asesores de la Presidencia. De igual manera a Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Esa noche, la del 18 de marzo, se confirmó la primera muerte de un enfermo de coronavirus en México. Se trató de un hombre, de 41 años, que vivía en el Estado de México.
Un día después, Andrés Manuel volvió a la conferencia matutina en Palacio Nacional. Ahí mostró los amuletos que, dijo, lo protegen en tiempos de crisis, como la que hoy enfrenta México por el virus que se originó en Wuhan, China.
Después de hablar con los periodistas, ese 19 de marzo, el tabasqueño asistió a un evento de la Guardia Nacional, donde volvió a tener contacto con Rafael Ojeda, Secretario de Marina, y con Luis Crescencio Sandoval, Secretario de la Defensa Nacional.
Un día después, el 20 de marzo, la conferencia mañanera estuvo llena, como casi siempre. Decenas de periodistas estuvieron a metros de él. Para la tarde, el mandatario viajó de la Ciudad de México a Oaxaca, donde fue recibido por el Gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa. Al saludarse se olvidaron de la sana distancia.
Ese 20 de marzo, López Obrador inició una gira por Oaxaca. Visitó, por ejemplo, el Hospital Rural Tlaxiaco del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). También dio un discurso por el 214 aniversario de Benito Juárez. Siempre estuvo acompañado por Murat.
En esa gira también tuvo contacto con Zoé Robledo, el director general del IMSS, y nuevamente con Jiménez Espriú.
Para el lunes 23 de marzo, mientras el virus avanzaba en el país y el resto del mundo, López Obrador apareció en Palacio Nacional junto con Durazo y Ricardo Sheffield Padilla, Procurador Federal del Consumidor. Esa noche se informó que en México ya iban cuatro muertos por el COVID-19.
El mismo 23 de marzo, más temprano, López Obrador caminó junto con Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud. Iban a presentar el plan para atender a la población más vulnerable ante pandemia.
El 24 de marzo puede ser la jornada en la que tuvo contacto con más funcionarios de alto nivel. En la tarde se asomó desde una ventana del Palacio con Claudia Sheinbaum. Habían discutido sobre las acciones frente al virus.
Ese mismo día López Obrador se reunió con su gabinete. Entre los funcionarios que llegaron a Palacio Nacional se encuentra Javier Jiménez Espriú, Secretario de Comunicaciones y Transporte; Rocío Nahle, de la Secretaría de Energía; Luisa María Alcalde, de Trabajo y Previsión Social; el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo; y Manuel Barlett, Director de la Comisión Federal de Electricidad.
El 26 de marzo, 48 horas antes de que Fayad anunciara que tenía COVID-19, el Presidente participó en la Cumbre Virtual de Líderes del G20. Ahí estuvo acompañado de Marcelo Luis Ebrard Casaubón, Secretario de Relaciones Exteriores.
Hoy Andrés Manuel sigue de gira. Habló por la tarde en Mexicali, Baja California.
¡Ay Cacas! ¡Siempre la cagas!