Playa Vicente, Ver.- Se cumplirán tres meses del hallazgo de las fosas clandestinas en dos ranchos ganaderos de Playa Vicente, y el dueño de estas propiedades, Humberto Andrade Salim, se pasea por el pueblo con total impunidad, sin que las Fiscalía General del Estado lo investigue a él o presente resultados de quienes cometieron estos crímenes atroces.
El drama y el dolor de docenas de familias de Playa Vicente, Isla, Rodríguez Clara y Sochiapan, por tantos desaparecidos en la región, no han sido suficientes para que las autoridades veracruzanas le apliguen justicia al ganadero Humberto Andrade Salim, dueño de los dos ranchos que están llenos de cadáveres.
En Playa Vicente, entre corredores y pasillos, se dice que Andrade Salim, alias Cacahuate, ya habría pactado impunidad con Juan Alberto Rivera Hernández, encargado del despacho de la Fiscalía General del Estado en Cosamaloapan.
La gente en Playa Vicente no se explica de otra forma el que alias Cacahuate salga airoso de un problema tan grande, como es el haber prestado sus ranchos a grupos de la delincuencia para que torturaran, violaran jovencitas que se robaban y posteriormente asesinaran personas que enterraban tanto en el Rancho de la Ganadera, como el rancho San Ángel.
Andrade Salim, ganadero y empresario de Playa Vicente, saltó a la fama internacional después de que a principios del año, en dos de sus propiedades, en Playa Vicente, se detectaran dos fosas clandestinas con un indeterminado número de personas asesinadas y sepultadas clandestinamente.
Las autoridades veracruzanas indicaron que los responsables de estas fosas, eran el cártel de Los Piñas, que comandan los hermanos Alberto y Jacinto Rodríguez, así como su lugarteniente, Reinaldo Patiño, Alias El Pelón de Abasolo.
El Pelón de Abasolo fue abatido por la Fuerza Civil en un poblado de Isla, días después del hallazgo de esas fosas en Playa Vicente, en tanto los hermanos Jacinto y Alberto Rodríguez, están escondidos al ser prófugos de la justicia.
En cambio, Andrade Salim vive tranquilamente en Playa Vicente, quitado de la pena, paseándose de un lugar a otro atendiendo sus múltiples negocios como si en sus propiedades no hubiera pasado nada.
Después de la aparición de los ranchos llenos de fosas con cadáveres en sus propiedades, su padre, el longevo ganadero Humberto Andrade Ahjua, Taralila, dio la cara y afirmó que nada sabía sobre la presencia de esas fosas en sus predios.
Negó tener alguna relación con la delincuencia, incluso, dijo que esos predios estaban abandonados y era raro que alguien o algún caporal arribara a visitarlos.
Sin embargo, lo que el ganadero no dijo es que su hijo, Andrade Salim, era el de las relaciones peligrosas con los señores de la mafia, primero con Leonardo Hernández, “El Brujo”, con quien presumía un compadrazgo; posteriormente, con Reinaldo Patiño, El Pelón de Abasolo del Valle.
A oídos de las autoridades llegó, por ejemplo, un relato en donde uno de los pistoleros detenidos en esa zona, afirmó que alias Cacahuate se excitaba cuando le contaban la forma en que eran torturadas las personas que caían en manos del temible grupo de pistoleros de Reinaldo Patiño.
PISTAS DEL RAMIÉ
En una emboscada que se dio el pasado 7 de mayo contra personal de la Fuerza Civil, dejó como saldo de un oficial asesinado cobardemente, cuatro lesionados y dos sicarios del cártel de Los Piñas abatido.
El ataque se dio en la localidad de El Ramié, donde pistoleros atacaron a la ley como parte de una venganza contra la Fuerza Civil por los duros golpes que han venido asestando a las estructuras de la mafia, ya que fue esa corporación la que dio con las fosas, acabó con el reinado del Pelón de Abasolo y su banda, decomisó el zoológico privado de Los Piñas, y les aseguró más de una tonelada de marihuana en Azueta.
Habitantes de esa región, que han sufrido por la desaparición de su seres queridos a manos de la mafia, señalaron que por esos rumbos, El Cacahuate tiene otro rancho conocido como La Finca en donde igual se debe investigar en busca de una tercer fosa clandestina de grandes dimensiones.
El Ramié es una población pequeña en Playa Vicente que durante el reinado de El Pelón de Abasolo, fue estratégica para el trasiego de las personas que levantaban, paso de sicarios y lugar de escondite, especialmente en los ranchos de los ganaderos allegados a su grupo.
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