Piden a AMLO celebrar la conjunción de Venus, jupiter y Saturno como parte de la conmemoración de los 696 años de la fundación de Tenochtitlán

Lic. Andrés Manuel López Obrador

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos

Presente:

Sr. Presidente, el que suscribe, Pedro José Bravo Martínez, me permito la siguiente petición:

El 30 de septiembre del año en curso, durante el diálogo que ejerce diariamente por las mañanas con la prensa, nos obsequió a todos los mexicanos la divulgación del Programa de Conmemoraciones en 2021.  Sin duda, eventos paradigmáticos constituyentes de nuestra identidad y que, su conmemoración, nos brinda una visión de grandeza heredada, ánimo necesario para enfrentar un presente tan incierto ante la crisis civilizatoria que transitamos.

De los eventos mencionados llama la atención la fecha fundacional de México – Tenochtitlan un 12 de mayo de 1325 y su conmemoración por 700 años lunares.

La historia prístina íntima de México, nada más intrincado.

Por un lado, tenemos la distancia en el tiempo velada por un discurso descalificador, violento, implantado por los españoles expedicionarios venidos de Cuba, para justificar, ante ellos mismos su barbarie y con la intención política, de crear un cuerpo de argumentos que les permitiera soslayar el aparato judicial del Imperio de Carlos I de España y V de Alemania, por sus faltas al orden imperial y atrocidades ejercidas y motivadas por la codicia. También contribuyó, el temor, la zozobra, la incertidumbre de encontrarse en una realidad profundamente desconocida, que se mostraba magnífica y que se negaron a entender (como bien acusa Tzvetan Tódorov en La conquista de América. La cuestión del otro.) Se activó la intolerancia y estalló la violencia; destruyeron todo, esculturas, códices, mataron, violaron, aperrearon.

El Premio Nobel en física 1965, Richard Feynman -para quien uno de sus pasatiempos era el descifrar jeroglíficos mayas- entrevistado en la revista Omni, en febrero de 1979, después de debatir sobre el cálculo de la posición de Venus afirma y cuestiona:

No sé nada de la filosofía de los mayas; tenemos muy poca información debido a la eficiencia del conquistador español y, bueno, de la mayoría de sus sacerdotes, que quemaron todos los libros. Tenían cientos de miles de libros y han quedado tres. Y uno de ellos tiene estos cálculos de Venus, y así es como lo sabemos. Imagine nuestra civilización reducida a tres libros, los que quedaron por accidente ¿qué libros serían?

Mesoamérica no se puede entender si no consideramos que su totalidad se integra en la relación sinérgica individuo, cosmos y territorio. Ahí radica su sacralidad; concebir la naturaleza y cosmos, sujetos de convivencia y no objeto de dominio. Con la invasión, con la quema de sus libros, códices, libros de conocimiento codificado, sistemático, como lo fuera el conocimiento astronómico, al eliminarlo, una parte de su ser le fue arrancado y con el paso del tiempo desfigurado, casi condenado al olvido. No obstante, ahí está Tonantzin refrendando el pacto cósmico, sagrado, oculto y a la vista -probablemente un culto por sustitución, como tantos que se impulsaron en medio de disputas teológicas de las órdenes religiosas encargadas de evangelizar. Ahí están también, los vestigios arqueológicos por todo el territorio; en una gran diversidad cultural, pirámides, estelas, esculturas, frescos, narraciones, con referencias astronómicas. Ciudades diseñadas en su trazo urbano, conforme a rumbos astronómicos específicos para la observación y registro del paso de los astros, de sus ciclos, como claramente lo fueron Teotihuacan y Mexihco Tenochtitlan.

También, el conocimiento agroecológico casi se ha ido -chinampas, milpas, herbolaria- a no ser, principalmente por los aportes del Dr. Efraím Hernández Xolocotzi y el Dr. Víctor Manuel Toledo.

Después de la embestida, fue un discurso que, por comodidad, para imponerse persistió descalificando, sobajando, humillando, despojando, explotando, dominando, extinguiendo. Seres menores, sin alma dijeron. Actualmente y en muchos sentidos, este discurso persiste, matizado; el racismo existente, la negación a lo “otro”.

Por tales motivos, el que inserte en las conmemoraciones del 2021 un evento astronómico desde la perspectiva originaria, es la dignificación de una visión que, consiente o no, la traemos en la piel, en el pensamiento, en el corazón y dispense usted el arrebato, pero me permito la siguiente décima que viene a la ocasión:

Es tierra de espectadores
del cosmos en la llanura
y de un sol que sin mesura
nos obsequia sus fulgores,
de luna cobija-amores
con mil estrellas por manto,
de ríos que tienen por canto
el grito de guacamaya,
de un mar que ruge y estalla
en voces de flor y canto.

El 12 de mayo a las 20:40:30 del 2021, la luna se dejará ver sobre el poniente, acompañada por Venus, cumpliendo 700 años lunares (sería interesante conocer los considerandos del cálculo, tengo otros datos). Será un momento magnífico que todos podremos observar. La luna iniciará su ruta nocturna, montada sobre la eclíptica; línea imaginaria sobre el horizonte de la ruta diaria del sol.

No obstante, el evento astronómico más importante para la conmemoración de la fundación de Mexihco – Tenochtitlan y que ocurrirá desde el 13 de agosto (20:40:23) al 12 de diciembre de 2021 al atardecer (18:40:08), no está incluido. Me refiero al avistamiento de la conjunción de Venus, Júpiter y Saturno, evento astronómico presente en la fundación, de México – Tenochtitlan y registrado en el monolito llamado Teocalli de la Guerra Sagrada, tal y como afirman el maestro Arturo Meza Gutiérrez y el arqueoastrónomo David Wood Cano en el libro “El Origen verdadero del Nombre de México”.

En la parte superior del monumento está el Lucero de la mañana, Tlahuizpantecuhtli [Venus], saliendo sobre el resplandor de alas de mariposa por la línea del horizonte el 18 de julio de 1325, año 2-calli […] A los lados de la representación del Lucero, se ven dos cuentas alargadas como canutos de jade, rematada con una cuenta circular en las puntas, en el contexto astronómico es posible que se trate de los dos astros que precedieron al Lucero de la mañana esa madrugada (Meza, 2010: 102).

Esta conjunción se presenta cada 696 años, en coincidencia con su periodo orbital sideral. Podrá ser visto en todo esplendor desde el cerro del Tepeyacatl y la costa del Pacífico, a la altura de los paralelos N20° 30’ y N18° 30’, tocando las costas de Jalisco, Colima y Michoacán.

Ojalá este evento pudiera ser conmemorado. No habrá otra ocasión.

Atentamente

Pedro José Bravo Martínez

Xalapa de Eqz, de Veracruz Llave.

[email protected]           Cel. 2281229153

Atención:

·      Dra. Claudia Sheinbaum Pardo

Jefa de Gobierno de la Ciudad de México

·      Lic. Marcelo Ebrard Casaubon

Secretario de Relaciones Exteriores

·      Mtro. Zoé Robledo Aburto

Director General Del Instituto Mexicano Del Seguro Social

·       Antrop. Diego Prieto Hernández

Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia

Xalapa Eqz. De Veracruz Llave

12 de octubre de 2020

 

 

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