Se trata de una situación que se fue agravando mes a mes desde comienzos de marzo cuando comenzaron a hacerse sentir las consecuencias de la llegada del Coronavirus al país y las medidas tendientes a evitar los contagios. Para muchos analistas la crisis económica se trata de la «más profunda que cualquiera que hayamos vivido” en México, si bien el país cuenta con ciertas fortalezas para hacerle frente.
Mientras tanto la misma también se hace sentir entre la población, quienes han visto reducidos sus ingresos o han tenido dificultades para hacer frente a sus gastos, incluso los del día a día. Para soportar estos meses muchos han tenido que acudir a ayuda financiera, sumado a quienes comenzaron la pandemia con créditos ya vigentes con anterioridad y teniendo que pagar las cuotas de los mismos. A comienzos de año tanto desde el gobierno como desde las entidades privadas fueron anunciadas medidas orientadas a ofrecer prórrogas para el pago de los créditos existentes así como flexibilizaciones y facilidades en los pagos para evitar una ola de morosidad. De hecho 3 de cada 10 usuarios de servicios financieros utilizaron algunas de estas modalidades en mayo pasado según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), esto es 7 millones de titulares de créditos.
A pesar de aquellos beneficios el tiempo ha pasado y, actualmente, más del 90% de los usuarios que hicieron uso de dichas facilidades consideran necesario extender el término de sus préstamos para poder cumplir con el pago de lo debido. Esto se debe, entre otras causas, a que la pandemia dejó durante estos meses cerca de 13.2 millones de desempleados y otros 5.6 millones de mexicanos que, aún conservando sus fuentes de trabajo, quedaron temporalmente sin ingresos debido al cierre de establecimientos no esenciales. La buena noticia es que, como lo publicó el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía, en septiembre el índice de desempleo bajó levemente del 5.2% registrado en el mes anterior a 5.1%. Según el Instituto, de las 12 millones de personas que salieron de la Población Económicamente Activa (PEA) en abril, ya se habrían reincorporado cerca de 8.4 millones el mes pasado.
A pesar de que los pronósticos vienen mejorando aún resulta muy necesario contar con un préstamo seguro y confiable para el consumidor que permita condiciones amigables de pago frente a inconvenientes económicos. Hoy en día todo aquel interesado en conseguir algún tipo de crédito debe tener en cuenta que, a pesar de que puede ser un salvavidas para salir de emergencias o afrontar gastos importantes, no dejan de ser obligaciones financieras que deberán ser saldadas a futuro. Lo importante es evitar caer en la rueda interminable de contraer nuevas deudas para saldar anteriores sin tener un plan real respecto de cómo se pagarán las mismas contemplando los ingresos normales de cada uno. Este tipo de comportamientos se acentuó durante la pandemia, periodo en el cual 61% de los mexicanos tuvieron que solicitar préstamos para saldar sus deudas ya vencidas.
Comentarios