¿Vuelve el correismo a Ecuador?

Andrés Aráuz impulsado por Rafael Correa del ala izquierda, está fuerte para ganar la presidencia de Ecuador, otro país de Latinoamérica golpeado por la excesiva corrupción de sus gobernantes
- en Foro libre

Por Rodrigo Chillitupa/ Desde la Tierra de los Incas 

Ecuador celebrará sus elecciones presidenciales este domingo. El proceso estará marcado por la gran cantidad de candidatos  –en total son 16– y la pandemia de la Covid-19 que, hasta el momento, ha dejado 255 mil casos positivos y 14,982 fallecidos en el país norteño. Si proyectamos escenarios futuros, lo que podría asegurarse es que habrá un nuevo mandatario porque Lenin Moreno desistió de postular a la reelección debido a la falta de apoyo popular y ninguno de los aspirantes a sentarse en el Palacio de Carondelet lograría el 40% que se necesita para ganar en primera vuelta, por lo que se daría una segunda vuelta. En este escenario, los favoritos a pasar a esa instancia decisiva son Andrés Aráuz y Guillermo Lasso.

Como se ha dicho anteriormente, hay un reposicionamiento de la izquierda en América Latina. Se inició en México con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder en 2018; después con las victorias de Alberto Fernández en Argentina y Luis Arce en Bolivia; de otro lado, se consolidó con las dictaduras de Nicolás Maduro y Daniel Ortega en Venezuela y Nicaragua. En síntesis, un gran bloque izquierdista en la región idéntico a inicios de este siglo. Ecuador podría unirse a este grupo si gana Aráuz. Con 35 años, este economista lleva la delantera en las encuestas.

A los 26 años fue director del Banco Central de Ecuador y con 30 años se convirtió en ministro de Conocimiento y Talento Humano, cargo que ocupó entre 2015 y 2017. También en 2017 fue, durante unos meses, ministro de Cultura y Patrimonio. Además, es parte del Consejo Ejecutivo de la Internacional Progresista, fundada en 2020, y de la que forman parte el senador demócrata estadounidense Bernie Sanders, el exministro griego de Finanzas, Yannis Varoufakis y el vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias.

El éxito de Aráuz radica en que no es percibido como un miembro del establishment tradicional de su país, a pesar de que tiene como padrino al expresidente Rafael Correa. La influencia de Correa en Aráuz es gravitante. El candidato ha dicho que el exmandatario –prófugo de la justicia en Bélgica– será su asesor en temas económicos. Por el momento, esa alianza ya se evidencia en su programa financiero que radica en reactivar el gasto social y las obras públicas. Lo primero, en concreto, se daría a través de propuestas clientelistas como regalar 1.000 dólares a un millón de personas y lo siguiente es la puesta en marcha de una política estatista que tendría como primer peldaño una reforma tributaria para los que tienen riqueza paguen más.

Actualmente, Ecuador -que habrá sufrido en 2020 una contracción económica de entre 9% y 12%- tiene un endeudamiento de alrededor de 60% del Producto Interno Bruto y un déficit fiscal de poco más de 6% del PIB. El Fondo Monetario Internacional (FMI) le estableció un plan de liquidez para saldar su deuda, pero tal parece que Aráuz buscará mecanismos legales con el fin de repatriar depósitos que los ecuatorianos tienen en el exterior.  Esta movida tiene un objetivo claro: distanciarse los organismos multilaterales de crédito y, además, desmarcarse de Estados Unidos y mirar a China y Rusia como socios estratégicos.

Pero también podría darse un giro a la derecha con Guillermo Lasso, quien va por su tercer intento. Exbanquero y miembro del Opus Dei, apuesta por una línea pro mercado en la que el Estado tenga poca participación y la empresa privada sea el motor para la generación de trabajo, renovar la infraestructura física y tecnológica en las escuelas, elevar el salario mínimo, potenciar el turismo, apoyar emprendimientos y fomentar la inversión en infraestructura. En pocas palabras, un candidato que tiene una agenda neoliberal. A ello se le añade que es conservador en temas como el aborto y el matrimonio igualitario.

Ahora bien, el problema con Lasso es que se le recuerda haber sido ministro de Economía en el gobierno de Jamil Mahuad en 1999. En dicho año, los ecuatorianos pasaron por la peor crisis económica de su historia con Lasso como titular de la cartera. Él es la apuesta de los banqueros, quienes no son bien vistos por la sociedad del país norteño porque existe la idea que el sistema bancario causó la crisis por la contracción del crédito y la escasez de liquidez a fines de los noventa, que motivó adoptar el dólar. Esto provocó una masiva migración a causa del empobrecimiento repentino de millones de ecuatorianos.

Con estos pergaminos, habrá que esperar los porcentajes que saquen Aráuz y Lasso este domingo. Será un primer termómetro rumbo a la segunda vuelta, donde es evidente que la polarización entre izquierda y derecha se acentuará más.

@RodrigoCT_94

 

 

 

 

 

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