Denuncian anomalías y pésima gestión del director de la Escuela Normal Superior Veracruzana “Dr. Manuel Suárez Trujillo”

- en Sociedad

Xalapa, Ver.- En carta a la redacción de Plumas Libres, trabajadores de la Escuela Normal Superior Veracruzana de la mala actuación del director del centro Francisco Javier Pérez Montiel.

La denuncia dice lo siguiente;

A la opinión pública  para su conocimiento:

La presente administración en la Escuela Normal Superior Veracruzana “Dr. Manuel Suárez Trujillo” (ENSV), a cargo del profesor Francisco Javier Pérez Montiel, se ha caracterizado por las nulas respuestas del director a las peticiones, solicitudes y esclarecimiento de acciones que su comunidad educativa le solicita. Además, se han presentado en su gestión (alrededor de dos años insufribles) decisiones autoritarias, no se desarrollan procesos de conciliación con su plantilla docente y su alumnado cuando esto lo amerita, existe un nulo avance en la mejora de las condiciones de las comunidades académica y estudiantil, debido, entre otras cosas, a la falta de un proyecto serio que permita la consolidación de la participación, la difusión y la divulgación, así como las pocas medidas eficaces para resguardar la infraestructura que se han visto afectadas por el robo de equipos de cómputo y otros dispositivos.

Una vez que la actual administración estatal entró en funciones, al mencionado profesor se le “designó” como responsable del Departamento de Investigación de la Universidad Pedagógica Veracruzana (UPV); sin embargo, su rectora decidió no aceptarlo debido a múltiples factores, siendo uno de los más importantes su inexperiencia en las actividades de investigación que se suponía dirigiría. El nombramiento fue cacareado por redes sociales, pese a que se trataba de una decisión “desde arriba” sin ningún tipo de merecimiento académico.

Como “premio de consolación”, otra vez “desde arriba”, a Pérez Montiel se le ofreció la dirección de la ENSV, pues estaba próxima la salida de la entonces directora. Y si bien cumplió con el “requisito” de estar en la terna, ocupando el último lugar, su proyecto institucional y su trayectoria no fue mejor, al menos, que otro de los dos candidatos. Con pocos días de iniciada la gestión, varios de los profesores, principalmente aquellos que votaron por el candidato que tuvo el mayor número de votos, “tomaron” la ENSV debido a la poca claridad del proceso de selección, a las decisiones en pro de unos cuantos allegados, como el subdirector administrativo quien en tres de las últimas cuatro administraciones se ha vuelto “indispensable” para el cuerpo directivo de la Suárez Trujillo más por amiguismo que por méritos propios, y por conducirse con prepotencia y no buscar la conciliación para con su cuerpo docente, principalmente.

Aunque parezca increíble, la pandemia de Covi-19 le “vino” bien a la presente administración. De no suspenderse las clases y las actividades presenciales, la ENSV hubiera sido tomada, con toda seguridad, en repetidas ocasiones. A la constante desorganización en el área administrativa, se sumó la falta de un proyecto académico, lo cual no es de extrañar debido a las enormes debilidades que presentan los directivos en esta área. El tema económico no es menos preocupante, pues hasta la fecha a la comunidad Suárez Trujillo no se le han presentado ningún informe claro sobre las condiciones financieras en las que dejó la anterior directora a la institución, y mucho menos en qué se ha utilizado lo que ya había y lo que ha ido ingresando. ¡Este es un primer llamado a las autoridades!

La falta de información es una constante en la “administración” de Pérez Montiel. Simplemente la enorme mayoría de los profesores, ni qué decir de los alumnos, desconocen qué se hace. Siempre se actúa bajo la conveniencia de unos cuantos, y casi siempre los mismos. Tiene prácticamente “secuestrada” la maestría que se imparte en la ENSV, para la cual nunca se sacan convocatorias y siempre participan los directivos, sin ofrecer la oportunidad a otros profesores. Lo mismo sucede con programas como Cero Rezago, para el cual, otra vez, no se abrió ninguna convocatoria y se decidió a asesores y lectores de manera tal que sólo el director y los otros dos subdirectores, entienden cómo se asignan.

Todo parece indicar que no hay lineamientos, y son sólo caprichos, imposiciones y abuso de autoridad los que determinan las decisiones institucionales. Así lo demuestran, por ejemplo, las cargas horarias de los semestres, en los cuales a algunos docentes se les descargó (al menos para el semestre anterior) completamente, mientras otros fueron y son sobrecargados, abriendo no sólo una línea muy marcada entre los profesores en donde privó la marginación de la actividad docente a maestros con reconocidas trayectorias.

Por si fuera poco, la atención de los directivos, especialmente el profesor Pérez Montiel y su subdirector administrativo, hacia muchos de los profesores es deplorable, no responden a preguntas expresas, no atienden llamadas, no contestan correos electrónicos, no toman en cuenta propuestas de sus docentes para la mejora  de la comunidad educativa y el mejor aprovechamiento académico de los estudiantes;  todo lo contrario, si se manifiestan ideas encaminadas al fortalecimiento académicos desarrollan diversas estrategias para obstaculizar, excluir, y negar.

Sobra decir que no se reconoce a académicos valorados por la comunidad científica. Sólo lo que el director y su “grupo”  (colaboradores eventuales que obtienen alguna ventaja en la ENSV), es reconocido, impulsado y patrocinado. Como sucede con el “Congreso Internacional” a desarrollarse del 19 al 21 de octubre del presente año, el cual no es más que un apéndice de una iniciativa de la colega chilena María Antonieta Mendoza, y del cual, de nueva cuenta, a la comunidad Suárez Trujillo no se le ha informado sobre el proceso del evento, en donde nuevamente sólo se contempla la participación de los mismos de esta administración.

Sería deseable que el director de la ENSV reconsidera su actitud de descalificar, discriminar y excluir a los docentes que por su formación y compromiso se informan, emiten opiniones, cuestionan, analizan y argumentan sus posturas, con el criterio propio forjado por la preparación, la experiencia y las convicciones, y les permita el desarrollo profesional que los estudiantes normalistas necesitan.

Los estudiantes ya alzaron la voz, los docentes también.

Defendemos nuestra Normal

¡Somos Suárez!

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