Por José Rojas/Veracruz, Ver.- La mañana de este martes un grupo de criminales desató una persecución con balacera, intentaron dar levantón al empresario Moisés M. G. que viajaba en su automóvil, se les escapó y llegó herido a pedir auxilio a la Policía Naval de Playa Linda en esta ciudad.
Los violentos hechos comenzaron sobre la avenida Miguel Ángel de Quevedo, el hombre de negocios de 47 años conducía un Volkswagen Vento color blanco, aceleró a fondo cuando unos desconocidos le marcaron el alto con armas de fuego desde otro vehículo.
Entonces los delincuentes dispararon en varias ocasiones contra su unidad, durante varias cuadras lo persiguieron con la intención de que frenara su marcha, pero no se detuvo hasta que llegó a las instalaciones de la Policía Naval en la avenida Cuauhtémoc de la colonia Playa Linda.
Ahí solicitó ayuda en la entrada de patrullas, el comerciante presentaba una herida en la espalda del lado derecho, elementos de la guardia reportaron la situación de peligro a sus superiores, y en seguida personal del servicio médico prestó atención al baleado.
El coche del comerciante tenía impactos por los proyectiles de grueso calibre, el lugar se llenó de oficiales de la Policía Naval que salieron para reforzar la seguridad, llegaron patrullas de la Policía Municipal y de la Policía Estatal para brindar apoyo.
Se acordonó el área con cintas amarillas frente al edificio de la corporación, minutos después arribaron paramédicos de una ambulancia de la Cruz Roja Mexicana para brindar los primeros auxilios al empresario, y lo trasladaron a un hospital particular.
Los policías dejaron a disposición de la Fiscalía Regional el carro Vento que recibió los tiros, se abrió la respectiva carpeta de investigación en relación al suceso, pero hasta el momento la Policía Ministerial no cuenta con pistas de los sicarios que desaparecieron sin dejar rastro.
Escaparon con dirección no identificada en medio de la confusión, burlaron las cámaras de vigilancia del C-5i instaladas por toda la zona conurbada, que registra un repunte en la incidencia delictiva con secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas que no denuncia por temor los familiares de las víctimas.
Misteriosamente, las cámaras del C5, no captaron nada.
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