Los desafíos del PRI

El PRIMOR sigue en palacio nacional, pero recargado..
- en Foro libre

Inocencio Yáñez Vicencio

En una de las pláticas que Gilberto Rincón Gallardo tuvo en el CETRADE que dirigía mi entrañable amigo Domingo Alberto Martínez Reséndiz, expresó que hablar mal del PRI cualquiera lo podía hacer. Qué mérito tenía hablar bien de él. Y eso que Gilberto, formado y militante por muchísimos años en el Partido Comunista Mexicano, no vivió la explosión de las redes que han permitido conocer reflexiones lúcidas pero también el bombardeo de una ignorancia sin límites.
Tengo la certeza que el PRI es el menos malo de los partidos que existen, pero es asociado, por los años que estuvo en el poder, con sus abusos y las fallas del gobierno. Y no sólo eso, también le cargan los desatinos que se le atribuyen no únicamente a los politicos sino también a la politica. Para empezar tenemos que distinguir el poder del Estado de su gobierno. Para los marxistas el Estado no tiene poder, es solo la sede de la correlacion de fuerzas. Para los liberales el Estado es la organización jurídico-política que se da, pero que ni es la misma sociedad ni flota sobre ella. El gobierno es solo la dirección de todo Estado. El Estado no es ni solo un orden jurídico ni una simple diferenciación entre gobernantes y gobernados. Para mi la política no gira ni la define la lucha por el poder. Creo que la concepcion ética que la concibe como acción concertada alrededor del bien común consensuado. Si aceptamos esta última definición únicamente podemos ver el poder político como aquél que sirve a lo público de tal forma que no podemos seguir llamando politico a quien anima sus actos por el beneficio personal, igual que no llamamos cura a un sacerdote pederesta. Asi como distinguimos religión de religiosos tenemos que diferenciar política de políticos. Tenemos que aceptar que hay buenos y malos políticos . ¿Quiénes no quieren hacer esta diferencia? Los que quieren que los asuntos del pueblo los resuelva el mercado y no el ágora, no su sociedad organizada.
De aqui parte una atmósfera babeliana que solo beneficia a los que quieren mantener al pueblo vendado. Nomás que en el 2018 quién sacó provecho de la denostacion de la política, fue preciamente quién se colocó fuera de la política. Quien disfrazando como no político, desde la antipolitica que tanto habian fomentado los grupos enemigos del Estado, exacerbó la irritación popular contra las cúpulas gobernantes y llevó al poder a una banda de sinverguenzas que simulando ser de izquierda, ya instalado en el gobierno únicamente se dedica a quedarse con Altos Hornos, las gaseras, cerveceras, chocolateras…
A nadie debe sorprender este escenario. Hay una verdad real y una que le llaman postverdad. Los gobiernos caen mas por lo que la gente cree que han hecho bien o mal que por lo que realmente han hecho bien o mal. El problema del PRI no es tanto lo mal que ha hecho sino lo que la opinión pública cree que ha hecho mal. Su mayor desventaja, que podría ser su mayor virtud, si pudiera difundir bien sus logros, es que lo desgastó el poder. No hace mucho tiempo , investigadores imparciales mostraban gráficamente que proporcionalmente es mucho más lo que realizó en sus años de gobierno que sus adversarios. Esta es la razón por la que el PRI no siendo el peor, la tiene peor para remontar su pérdida de credibilidad. El PRI hizo el reparto agrario, liquidó el latifundio, fundó un amplio sistema de salud, estableció un sistema de educación primaria, secundaria, preparatoria, normalista, tecnológica. Fundó el IPN. Construyó Ciudad Universitaria. Edificó la UAM. Creó el ISSSTE. Fundó el IMSS. Estableció el libro de Texto. Construyó viviendas, carreteras, autopistas, centros turísticos…
Porque el PRI sabia que a la legitimidad revolucionaria y de su obra tenia que sumar la legitimidad que viene de las urnas, es que fueron sus mayorías legislativas las que impulsaron las reformas del 77 y 96 para dar paso a la alternancia política.
Lo paradójico es que cambio México y el PRI se rezagó. En lugar de fortalecer su ideología y su militancia para conquistar el voto volátil, prefirió desteñirse y echar mano de la imagen y el oportunismo. Al moverse al centro y buscar representar a todos, terminó no representando a nadie y convertirse en una franquicia al servicio de oportunistas y vividores, incluyendo hombres y mujeres.
Combatir al populismo con invocaciones a Venezuela o Cuba, es de aznos. Ese parangón puede que tenga algo de real pero no cala. Cala la desilusión, el engaño, el fraude, el despojo, el atraco, la mentira, la destrucción, la violación, la destrucción de la República, la demolición del INE, del Trife, de las organizaciones de la sociedad civil, el desabasto de medicamentes, el mal manejo de la pandemia… pero dónde esta el CEN del PRI, que no aparece más allá de la boleta electoral?
Los hechos hablan y por los hechos es innegable que la nomenclatura está sometida a Amlo.
No me cansaré de repetirlo. En el 2018 el PRI no sólo sufrió una derrota electoral sino también cultural. Que pareciera que de esta última o no se han dado cuenta o no quieren afrontarla. Basta escuchar a los miembros del CEN para morirse de risa. En primer lugar son producto de un maniobrerismo que costó la salida de José Narro, Beatriz Pagés, Ivón Ortega, cuadros calificadísimos. Nomás les digo. Uno de estos tres vale más que todo ese advenedizo CEN.
El PRI tiene que comenzar por pensar en un cambió profundo. Cierto. Hoy no basta un cambio de dirección nacional, necesita un cambio de:

Su público. Tiene que definir o. Saber a quien quiere representar.
Para elaborar un discurso de acuerdo a sus bases.
Para que quienes lleguen al CEN no sean producto de comparsas o componendas, se trate de hombres y mujeres.
Para introducir las elecciones primarias.
Para discutir públicamente los méritos de los aspirantes.
Para terminar con nepotismos y amiguismos.
Para premiar la formación, la fortaleza ideológica, la militancia, la lealtad institucional y la honestidad.
Para abrir cauces a todas las inconformidades que se expresen dentro de las normas y de manera pacífica.
Para fortalecer la capacitación política.
Para que el PRI sea una opción de poder pero también de sociedad.
Para abrazar una politica como acción concertada dirigida a un bien común surgido de la discusión pública.
Por democratizar todos sus órganos de gobierno.
Para que el PRI sepa asumirse tanto como oposición como gobierno.
Para que recobre su autonomía y pueda ser vanguardia.
Para no permitir que fuerzas externas a sus órganos de gobierno decidan sus asuntos internos.
No está por demás decir que yo apoyé a Marlon en contra de los duartistas y fidelistas, porque era un paso para dar la batalla por su plena renovación. Marlon ha cumplido con reagrupar a las fuerzas priistas veracruzanas, que sin esta asignatura no hubiéramos quedado nada, pero, dado su incuestionable origen democrático, debe ser aprovechado para radicalizar su configuración en Veracruz.
El PRI no puede seguir aplazando su batalla por enfrentar su déficit de credibilidad y de confianza con la ciudadanía, si en verdad quiere darle la cara a los retos que tiene con el futuro.

Comentarios

  1. jajajaja, estimado inocencio de la Concepción de Lourdes Escarabarzaleta de la Barquera y Dávalos Pandeada Derecha… para servirle a usted y su segundo apedillo es… Precuna de la Buchaca Desembuchanadorsito Tirabuzón y Terrón, Tirabuzón por el padre y Terrón por la Madre..

    El único desafío que ahora tiene el pri es: Existir

  2. El PRI tiene una gran deuda por ser permisivo en sus representantes y por no democratizar a los sindicatos del Estado. Eso lo estuvimos esperando siempre, y nada pasó.
    Hoy el PRI tiene en Veracruz la gran oportunidad de reivindicarse siendo un crítico real del gobierno en turno, que lo postule como un constructor de idea claras que le permita a Veracruz avanzar y salir de este estancamiento, pero prefiere quedarse callado y seguir viviendo las inercias del pasado.

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