San Juan Evangelista, Ver.- El DIF de San Juan Evangelista, con el apoyo del grupo del INAPAM de este municipio, realizó gestiones humanitarias para evitar que el cadáver de un hombre que había muerto en calidad de indigente, no fuera enviado a la fosa común.
Guillermina Gómez Sánchez, directora del organismo, atendió petición de vecinos de San Juan Evangelista que reportaron que un hombre llamado Gaspar Salinas Pérez, se encontraba en muy mal estado de salud en los bajos de un árbol, en la calle 16 de Septiembre, esquina con Nicolás Bravo, abandonado por sus familiares.
Al acudir al sitio, con personal especializado, y una ambulancia, se hicieron todos los trabajos para trasladarlo a un hospital, siguiendo todos los protocolos contra el COVID-19.
El hombre, de 72 años, recibió una unidad de sangre, gestionada por el DIF de San Juan Evangelista, en el hospital de Oluta, pero lamentablemente, el pasado 21 del presente, perdió la vida. En el centro médico le fue diagnosticado cirrosis hepática y anemia severa.
En San Juan evangelista, por más que se buscó a familiares para que hicieran el reclamo oficial del cadáver, no se encontraron, pues el señor llegó a vivir a esta cabecera desde hace varios años, viviendo de la caridad de las personas.
Ante este escenario, se corría el riesgo de que sus restos fueran a parar a la fosa común, por lo que Guillermina Gómez atendió el llamado de habitantes de la cabecera para que gestionara su reclamo y sepelio.
Fue así que se contó además con el apoyo del alcalde Justino Guillén Lagunes, y de su esposa, Evelia Fernández Chiquito, presidenta del DIF municipal de San Juan Evangelista, para realizar el sepelio de “Gaspar”, como era conocido entre los habitantes de la cabecera, dándole así dignidad al hombre que terminó sus días en la soledad, pues también participaron del cortejo gente del grupo del INAPAM y personal del municipio.
Sus restos fueron depositados en el panteón de la cabecera, en donde algunas personas manifestaron su agradecimiento a la directora del DIF, al alcalde Justino Guillén, así como a los empresarios Juan Carlos y Miguel Ángel Vázquez Bonilla, por mostrarse humanitarios en estos tiempos tan necesarios, al haber cubierto todos los gastos generados en este evento.
Comentarios