Jorge A. González/ Tras Telón
Existe un pendiente de parte del gobierno federal en materia de política cultural con la sociedad en general.
Es evidente la falta de la valorización del quehacer cultural de parte de los diversos sectores sociales.
Pero un pueblo no puede valorar lo que no conoce, no puede poner en marcha su juicio sensitivo frente a la nada.
Hay tres filtros importantes para llevar a la apreciación artística: en casa, por iniciativa propia y por las instituciones.
Y aquí entra la experiencia de por medio. Todos conocemos algo por medio de la experiencia. Eso nos queda claro.
Si no existe acercamiento-experiencia- estamos ante un individuo que desconoce lo más importante, la esencia humana que es la sensibilidad.
De la sensibilidad, dicho sea de paso, dependen las acciones conocidas como buenas o mal intencionadas.
El pendiente es claro, la inclusión en el esquema educativo el acercamiento con las diversas expresiones artísticas.
Y es aquí donde aparecen las alternativas de los jóvenes en edades de formación y en su búsqueda de identidad.
Pistola o pincel, guitarra o robo, danza o violencia, teatro o adicciones.
El arte no es ver, hacer y ejecutar, es apreciar, pensar, sentir y despertar esas facultades naturales que todos tenemos intrínsecas.
No es una certeza cuantitativa, pero es una probabilidad que la juventud tenga alternativas de donde elegir y ver el mundo desde otra perspectiva más humana.
Deseamos una sociedad más comprensiva, pacífica, solidaria y respetuosa de los derechos humanos y garantías individuales.
Pero pregunto: ¿A caso estamos haciendo algo al respecto?
Las políticas de prevención del delito sólo son atenuantes, no son alternativas, aparecen cuando el problema existe, cuando hay un riesgo por los altos índices de violencia.
No obstante, el tema y el objetivo es sencillo: abordar el origen del problema, desde el inicio y de raíz. Demos alternativas, no paliativos a una sociedad cada vez más violenta.
Nos leemos hasta la próxima.
Comentarios