Jorge A. González
Veracruz, Ver.- Ida y vuelta es el título que el artista y caricaturista Bruno Ferreira tituló a una serie de dibujos que a finales de los 90, expuso por primera vez en la casa museo Salvador Díaz Mirón de la ciudad de Veracruz.
La particularidad de esta muestra para entonces, no sólo era la precisión del dibujo a mano, sino el hacerlo sobre la superficie del delgado y frágil papel de autobús de 8.4 por 6.3 centímetros, que para muchos no es más que el comprobante de abordaje.
Hoy el también pintor y muralista veracruzano, retoma la misma idea creativa en la que interviene con gran maestría y pulso firme; con dibujos de idea propia o por encargo, cualquier paisaje, objeto o personaje que represente al “jarocho” o bien a la ciudad porteña.
La técnica de Ferreira a lápiz o tinta es ya consumada y reconocida a nivel internacional, y en particular este proyecto que nace en el desaparecido café de la Merced, al reflexionar de cómo el hombre trascendió de su caminar erguido a trasladarse en vehículos producto del desarrollo de la tecnología.
El talento innato identificado por sus amigos en la primaria llevaron a su madre a inscribirlo en la Escuela Municipal de Artes Pláticas, punto de partida de su carrera como creador que hoy va del dibujo en miniatura a grandes murales corporativos a escala.
Bruno Ferreira o “Brunóf”, nombre con el que firma sus obras y se encuentra en redes sociales, estudió dibujo y pintura en Los Talleres Libres de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Nació en el puerto de Veracruz, y desde muy joven ha publicado en diversos medios locales caricatura política.
Tiene experiencia en diversas categorías del arte como el muralismo, mail art, grabado y narrativa gráfica. Su faceta de muralista es la más reconocida, al ser el autor de la magnífica obra de gran extensión que describe la vida cotidiana del veracruzano y su relación con el café, en un inmueble ubicado en conocido establecimiento ubicado en 16 de septiembre y malecón.
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