Agua: de los discursos a las acciones

El martes 22 se conmemoró el Día Mundial del Agua. En diversos foros hubo pronunciamientos en torno al tema que sin mayor desvío convergieron en una opinión: los recursos hídricos en el mundo se hallan en condición de gran deterioro y demandan soluciones impostergables. Quizás esa haya sido la única coincidencia, porque los pronunciamientos se ven animados por intereses tan distintos como las propias plataformas de los participantes: las motivaciones que tenga un agroexportador, un científico, una comunidad rural, o un representante de la industria de bebidas no serán necesariamente las mismas. En ese sentido, vale cuestionar las alocuciones en favor del agua, que por lo general quedan en palabrería hueca, sin acuerdos de actuación concretos. Del dicho al hecho media gran trecho. Al margen de los detonantes, la verdad es una: el agua mundial está sometida a presiones extractivas y aditivas que la ponen en una situación crítica y hay que actuar ya.

Ese mismo día, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, anunció el decreto de creación de una nueva área natural protegida (ANP), el Área de Protección de Recursos Naturales Lago de Texcoco, así como del Parque Ecológico Lago de Texcoco, en municipios del Estado de México. El lago es un humedal lacustre intermitentemente inundado y se considera el cuerpo de agua más importante de la Cuenca de México. Con su creación, en una extensión de 14 mil ha., se reconoce formalmente a la zona como una fuente de vida, no sólo para la región central del país sino para el continente, si consideramos la diversidad biólogica que alberga así como su papel en la ruta migratoria de diferentes especies de aves: se configura en hábitat de más de 250 especies de flora y más de 370 de fauna, y más de 10 especies de hongos y musgos de las cuales 48 están bajo alguna categoría de protección. Adicionalmente, se anuncia que en el ANP-Texcoco se permitirán actividades de restauración, reforestación, agricultura y ganadería orientadas a la sustentabilidad y el aprovechamiento a través de unidades de manejo para la conservación de la vida silvestre.

La Ley General del Equilibrio Ecologico y la Proteccion al Ambiente (LGEEPA) reconoce seis tipos de ANP de carácter federal: Reserva de la Biosfera, Parque Nacional, Monumento Natural, Área de Protección de Recursos Naturales, Área de Protección de Flora y Fauna, y Santuario. A la fecha, nuestro país cuenta con un total de 184 sitios en alguna de esas modalidades, comprendiendo casi 91 millones de ha. del territorio nacional. Las más numerosas y extensas son los parques nacionales y las reservas de la biosfera, pues en conjunto comprenden más del 87% del total; por su parte, las áreas de protección de recursos naturales (APRN) cubrían el 5% del total.

Con el APRN-Texcoco y la creación/ampliación de otras tantas áreas protegidas en el sureste del país, coincidentes con los trabajos de construcción del Tren Maya y el Corredor Interoceánico, la superficie de áreas susceptibles de protección incrementará sustancialmente. En paralelo, es esperable que la protección y conservación de las aguas superficiales y del subsuelo, también se fortalecerá, porque no puede obviarse que una de las funciones principales de esas demarcaciones es servir como sitios de captación, acopio y aprovechamiento de hídricos, amén de moderadores climáticos. El APRN-Texcoco cubrirá ese papel; su creación significa trascender a los discursos y los estériles debates anuales. Quizás el próximo año, en otra reunión sobre el agua y los problemas inherentes, haya más voces que, independientemente de posturas ideológicas o partidistas, justiprecien los actuales esfuerzos gubernamentales en favor de la naturaleza y el líquido vital.

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