Pablo Gómez: Ayer critico, hoy servil/ Opinión

Pablo Gómez Álvarez titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), tiene a 5 familiares en la nómina con sueldos elevados. Con aval de AMLO que dice todos los días que se acabó la corrupción.
- en Foro libre

Por Inocencio Yáñez Vicencio.

15 de Abril del 2022.- Conocí a Pablo Pablo Gómez, en el Comité preparatorio para el IX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes a celebrarse en Sofía Bulgaria, en julio-agosto de 1968. Nos reuníamos en la calle de Mérida, Colonia Roma. En la sede del Partido Comunista Mexicano. Asistimos a las tierras del socialismo real, auspiciados por la F. M. J. D. , que patrocinaba la extinta U.R.S. S.
Nos volvimos a encontrar en un panel sobre el cuarto informe de Luis Echeverría, que organizó Nazario Alvarado, presidente de la Tribuna de la Juventud, donde justamente le recriminé su ortodoxa interpretación del marxismo.

Para mi, fue el parlamentario más destacado en su primera aparición como diputado federal. Tuvo una carrera hasta 2018, que no obstante su Intransigencia, mostraba lucidez, lucidez que se apaga, por tomar un triunfo electoral, como un asalto revolucionario.
Lamentablemente en el gobierno de Amlo, entra en una política de botín del que es beneficiada su familia y pasa de defender ideales a defender el reparto que le llega a su parentela, echando por la borda muchos años de defender causas sociales para consolidar sus conquistas personales, rayando en actitudes ignominiosas, como la que hoy registras los medios nacionales, declarando en primer lugar que el INE saboteo la convocatoria de revocación y que puede sancionarse a los que no votaron. En le primer caso, su juicio se pierde en un sin fin de opiniones que reconocen la solvencia y el éxito del órgano electoral, pese a que el gobierno de la 4T trató de reventarlo, negándole los recursos y a que Morena convirtió este mecanismo en una ratificación del presidente y que actuaron violando la ley. Por lo que hace al segundo punto, es decir, a que puede sancionarse a los ciudadanos que no acudieron a pronunciarse, voy a probarle que su servilismo no tiene limites y que más allá de querer quedar bien con Amlo, su afirmación muestra vileza e ignorancia.

El voto ( en todas sus modalidades ) se refiere al acto concreto por el que se materializa la elección, en tanto que el sufragio comprende al proceso o a la facultad del ciudadano.
El abate Sieyés hablaba de los ciudadanos activos, que disfrutan de derechos políticos, y de los ciudadanos pasivos, que gozaban tan sólo de las ventajas generales de protección, seguridad, trabajos públicos e incluso asistencia social.
Ante la comisión constitucional el abate Sieyés asentó : Todos los habitantes de un país deben disfrutar de los derechos de los ciudadanos pasivos: todos tienen derecho a la protección de su persona, de su propiedad, de su libertad, etc.; pero no todos tienen derecho a tomar parte activa en la formación de los poderes públicos: no todos son ciudadanos activos. La distinción entre deber y obligación puede explicar la frecuente consagración del sufragio como un deber, pero sin que necesariamente se le tome exigible. Dice el Tribunal Supremo de España: la obligatoriedad tiende a servir el interés de un sujeto concreto, en tanto que el deber público es una conducta impuesta en interés general o de la colectividad.
El sufragio como expresión de poder estatal tiene por función la selección y nominación de las personas que han de ejercer el poder del Estado. La acción de emitir el voto configura un acto político, no un derecho político.

Para la teoría jurídica clásica del Estado el sufragio es la función de un órgano ( cuerpo electoral ) para la formación de otro órgano ( el órgano representativo) . En su teoría general del Estado, George Jellinek, desarrolla la teoría del órgano y nos habla de las clases de órganos. Dice ahí que un individuo cuya voluntad valga como voluntad de una asociación debe ser considerado, en tanto subsista esta relación con la asociación, como instrumento de la voluntad de ésta, es decir, como órgano de la misma. Afirmando también que las personas que llevan a cabo los actos de creación, son ellas mismas: órganos de creación. Para el derecho iusnaturalista el sufragio es un derecho natural del individuo.
Hauriou, Duguit, Carré de Malberg, definen el sufragio como una función pública estatal. El sabio Maurice Hauriou , dice que: es un clásico problema el determinar si debe considerarse el sufragio como una función o como un derecho individual. La solución debe encontrarse en la diferencia del papel del cuerpo electoral y el elector. Lo importante es que él no considera al cuerpo electoral un órgano sino un cuerpo intermedio para construir órganos. Para Hauriou, el sufragio es a la vez una función social y un derecho individual. La primera es del cuerpo electoral, que realiza las elecciones y adopta las decisiones. El segundo corresponde al elector, quien participa de un derecho individual.

Carré de Malberg, a diferencia del maestro Hauriou, afirma que el cuerpo electoral sí es un órgano, y es un órgano de creación y de decisión. Para este autor la potestad electoral reside en el cuerpo electoral y no en los electores.
Para George Jellinek, el elector no es titular subjetivo de la función. Tiene el derecho individual a que se le reconozca la admisión al voto, pero su ejercicio es una función estatal cuyo sujeto es el Estado mismo. Para él el sufragio facultad subjetiva y el sufragio competencia funcional no son concurrentes.
León Duguit, en cambio, sostiene que el elector, al votar ejerce un derecho individual y cumple una función constitucional, coexistiendo ambos aspectos.
Raymond Carré de Malberg, expresa que antes de la votación, el elector tiene un derecho persona de naturaleza política, un derecho subjetivo. El derecho subjetivo es el querer de la voluntad humana dirigido a un bien o interés, reconocido y garantizado por el orden jurídico. Al votar el elector desempeña una función. En ese sentido el sufragio es alternativamente un derecho de la persona y una función del Estado.

No tuviera importancia esta disquisición si no dependiera de como se tome el sufragio el que tanto cuente el voto, es decir, lo que podamos hacer de él.
Seguramente Pablo Gómez, está pensando en los países del socialismo real ( en el mundo real su obligación es rara) , donde gracias a que votar era obligatorio, llegaban casi al 100 por ciento de votantes.
No Pablo, no te pases de ignorante o de lamebotas. En México votar es un deber, no una obligación jurídica, va el que quiere, realmente amenazado con quitarle sus apoyos por Morena, pero formalmente de manera voluntaria, por lo que nadie puede ser sancionado, al menos que como en Veracruz, equiparen esa falta, con ultrajes a la autoridad.

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