La cumbre: democracia según los antidemócratas

Los países de América, como Estados Unidos con sus invasiones y golpes de estado en distintos países de la región, el paramilitarismo Colombiano, las derechas golpistas y aniquiladoras  de recursos naturales y humanos en Chile, Perú, Ecuador, Panamá, Paraguay y Brasil, que  desde el Grupo de Lima, fueron alentados por la OEA,  de Luis Almagro,   para el golpe de Estado a Bolivia de Evo Morales, las represiones militares por las otrora de Chile  Argentina y Uruguay,  emergen en  sus nuevas versiones en esta  Cumbre de las Américas, que lleva implícito el  respaldo a Estados Unidos  en su afán de enviar cientos de miles de millones de dólares en armas a Ucrania.

Carlos Fernández-Vega en su columna México SA expone que “Según dicen los organizadores y anfitriones de la Cumbre de las Américas, la democracia es condición ineludible para que las naciones formen parte de ese mecanismo, pero resulta que un golpista no sólo participa en él, sino que forma parte de la directiva del encuentro: el repulsivo Luis Almagro, cómplice, en 2019, del golpe de Estado en Bolivia en contra de Evo Morales y de la feroz represión desatada por su protegida Jeanine Áñez, quien ya duerme en la cárcel. ¿Y el uruguayo para cuándo?” (Carlos Fernández-Vega. México SA).

México presentó en la novena Cumbre de las Américas una propuesta para refundar el orden interamericano a partir de los principios de no intervención y de beneficio mutuo. En su primera participación en la cumbre, el canciller Marcelo Ebrard afirmó que la Organización de Estados Americanos (OEA) es un organismo agotado frente a una realidad que demanda entrar en una nueva etapa en las relaciones de los países de las América, y buscar una unión verdadera y genuina en beneficio de todas y todos…es evidente que la OEA y a su forma de actuar están agotados frente a esta realidad. Basta con ver el vergonzoso papel que tuvo en el golpe de Estado en Bolivia. A nombre de México, Ebrard propuso el proyecto de refundación del orden interamericano sobre los principios de no intervención y beneficio mutuo. Roosevelt  decía: “Ahora nos damos cuenta cómo nunca antes nos habíamos dado cuenta de nuestra interdependencia mutua, que no podemos simplemente tomar, sino que también debemos dar.” ¿Qué tal si tomamos, recuperamos, la política entre las Américas sobre la base de la no intervención y el beneficio mutuo?” (Marcelo Ebrard. La Jornada).

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, criticó fuertemente ayer la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la novena Cumbre de las Américas, y exigió la restructuración de la Organización de Estados Americanos (OEA), removiendo de inmediato a quienes la conducen. A las críticas a las que se sumó el primer ministro de Belice, John Briceño. Fernández habló en su calidad de líder del CELAC, integrada por 32 países y a la que pertenecen las naciones excluidas. Definitivamente hubiéramos querido otra Cumbre de las Américas: “El silencio de los ausentes nos interpela… El hecho de ser el país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer el derecho de admisión, pronunció durante la primera plenaria de gobernantes. El diálogo en la diversidad es el mejor instrumento para promover la democracia”. (La Jornada).

El presidente Andrés Manuel López Obrador subrayó que  los senadores estadunidenses Ted Cruz y Marco Rubio y  las diferencias en torno a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Los Ángeles, Cal.  Washington exhibe que persiste en su vieja política de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos.

La izquierda estadounidense experimentó un resurgimiento con el presidente Barack Obama con los cambios radicales hacia Cuba y sobre todo en su visita  a Cuba, el recibimiento multitudinario de ciudadanos en La Habana, el partido Demócrata se fue convirtiendo en un partido progresista bajo liderazgo del senador Bernie Sanders.  Creen que el gobierno puede ayudar a la gente y miran con buenos ojos los programas de fomento, como fue el Nuevo Pacto (New Deal) del presidente Franklin Roosevelt, en  1930 o el de John F Kennedy y su Alianza para el Progreso,  que desencadenó la invasión fallida a Cuba en Bahía de los Cochinos  Muchos de estos progresistas apoyan la lucha por el cambio social.

En el 2009, durante la Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago, Hugo Chávez le entregó a Obama un ejemplar del libro “Las Venas Abiertas de América Latina” en el que se destaca la destrucción, saqueo de recursos y aniquilamiento de poblaciones enteras a través de la Cruz, la Espada y el Virus: “La fuerza del conjunto del sistema imperialista descansa en la necesaria desigualdad de las partes que lo forman, y esa desigualdad asume magnitudes cada vez más dramáticas. Los países opresores se hacen cada vez más ricos en términos absolutos, por el dinamismo de la disparidad creciente. El capitalismo central puede darse el lujo de crear y creer sus propios mitos de opulencia, pero los mitos no se comen, y bien lo saben los países pobres que constituyen el vasto capitalismo periférico…No son secretas las matanzas y de la miseria en América Latina; cada año estallan, silenciosamente, sin estrépito alguno, tres bombas de Hiroshima sobre estos pueblos que tienen la costumbre de sufrir con los dientes apretados. Esta violencia sistemática y real va en aumento: sus crímenes no se difunden en la crónica roja, sino en las estadísticas de la FAO.  La impunidad es todavía posible, porque los pobres no pueden desencadenar la guerra mundial, pero el Imperio se preocupa: incapaz de multiplicar los panes, mientras hace todo lo posible por suprimir a los comensales.

«Combata la pobreza, ¡mate a un méndigo!», garabateó un maestro del humor negro sobre un muro en la ciudad de La Paz”,  que repite la consigna del General George A. Custer –El mejor indio es un indio muerto-. (Eduardo Galeano. Las Venas Abiertas de América Latina).

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