Bebidas azucaradas, jugos de frutas y diabetes tipo 2 en la infancia

Jugo de naranja, bebidas isotónicas, té con hielo y refresco con gas. (Foto: © American Heart Association)
- en Salud

Un estudio a largo plazo de casi 500 niños en Massachusetts, Estados Unidos, se ha centrado en averiguar hasta qué punto beber regularmente bebidas azucaradas y jugos con un cien por cien de frutas durante la niñez y la adolescencia puede estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Los resultados del estudio sugieren que, según los marcadores glucémicos, el consumo regular de bebidas azucaradas y jugos de frutas (230 gramos o más al día) durante la niñez y la adolescencia puede causar un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, entre los niños, pero no en las niñas.

Los investigadores también encontraron que comer fruta fresca durante la infancia y la adolescencia no está asociado con un aumento o disminución de los marcadores de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

La investigación se ha presentado en el congreso de la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) Sesiones científicas de Epidemiología y Prevención (EPI), Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica 2024, que se celebró recientemente en Chicago, Estados Unidos.

“Si bien estos hallazgos son preliminares, respaldan la evidencia existente sobre la posible relación entre las bebidas con azúcar agregado y el riesgo a largo plazo de desarrollar diabetes tipo 2 en la infancia”, explica la investigadora principal Soren Harnois-Leblanc, dietista registrada e investigadora postdoctoral del Departamento de Medicina Poblacional de la Universidad Harvard, el PHCI (Pilgrim Health Care Institute y la Escuela Médica Harvard, ambos en Boston. “Los pediatras y otros profesionales de cuidados de salud deben advertir a los pacientes jóvenes y a sus padres acerca del consumo de bebidas azucaradas y jugos de frutas cuando hablan de hábitos alimentarios saludables”.

Según los datos sobre bebidas azucaradas de la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) de 2022, casi dos tercios de los niños y adolescentes en Estados Unidos consumen al menos una bebida azucarada, como refresco, limonada o una bebida energética, todos los días. También señala que, además del aumento de peso, comer demasiados alimentos con azúcares añadidos, especialmente de bebidas azucaradas, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes tipo 2 y caries.

Los investigadores calcularon el consumo promedio de bebidas azucaradas, jugos con un 100% de frutas y frutas frescas durante la niñez y la adolescencia basándose en registros dietéticos y evaluaron sus posibles asociaciones con tres marcadores de diabetes tipo 2: la resistencia a la insulina, el nivel de glucemia en ayunas y los niveles de HbA1c. Estos marcadores se midieron mediante un único análisis de sangre en ayunas al final de la adolescencia (aproximadamente a los 17 años).

Concretamente, cada porción diaria de bebidas azucaradas (aproximadamente 230 gramos) durante la infancia y la adolescencia entre los niños se asoció con un aumento del 34% en la resistencia a la insulina; un aumento de 5,6 miligramos por decilitro (mg/dl) en los niveles de glucemia en ayunas; y un aumento del 0,12% en los niveles de HbA1c al final de la adolescencia.

Beber jugos con un 100% de fruta durante la niñez y la adolescencia se relacionó con un aumento del 0,07% en los niveles de HbA1c en la adolescencia tardía por porción diaria de dichos jugos, entre los niños del estudio, con solo un ligero aumento en las niñas (0,02%).

Las asociaciones entre el consumo regular de bebidas azucaradas y la resistencia a la insulina, los niveles de glucemia en ayunas y los niveles elevados de HbA1c entre los niños persistió cuando se consideraron otros factores de salud, familiares y sociales. Estos factores incluyeron el estatus socioeconómico; índice de masa corporal del niño y de la madre; la edad de la madre en el momento del nacimiento del niño; antecedentes maternos y paternos de diabetes tipo 1 o tipo 2; calidad general de la dieta y otros comportamientos de estilo de vida.

“Aunque varios aspectos de la biología y los comportamientos difieren entre niños y niñas, esperaba encontrar también una asociación entre las bebidas azucaradas y la ingesta de jugos de frutas y los aumentos en la resistencia a la insulina, la glucemia y los niveles de HbA1c en las niñas de la adolescencia tardía. También me sorprendió que comer frutas enteras no redujera los niveles de estos marcadores de diabetes tipo 2”, dijo Harnois-Leblanc.

“Los próximos pasos son utilizar herramientas estadísticas más avanzadas que nos permitan comprender mejor la posible causa de las bebidas azucaradas y los jugos de frutas, y examinar si las relaciones también pueden diferir entre los niños según la raza o el origen étnico”. (Fuente: American Heart Association)

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