Algunos fenómenos cósmicos naturales producen rayos X. Por ejemplo, la caída de un gas caliente sobre objetos compactos como enanas blancas, estrellas de neutrones o agujeros negros. Ahora, unos astrónomos han detectado 29 objetos astronómicos que emiten rayos X siguiendo pautas extrañas.
Estos objetos astronómicos residen en la Gran Nube de Magallanes y en la Pequeña Nube de Magallanes, dos galaxias satélites de la nuestra.
Estos objetos mostraron un comportamiento inesperado durante las observaciones. Emitieron rayos X haciendo que durante varios meses su brillo en esa banda del espectro electromagnético fuese entre 10 y 20 veces mayor que el habitual. Algunos de estos objetos experimentaban un episodio de esta clase cada varios años, mientras que otros solo lo hicieron una vez durante el periodo de observación.
La investigación la ha llevado a cabo un equipo internacional encabezado por Przemek Mróz, del Observatorio Astronómico de la Universidad de Varsovia en Polonia.
El equipo descubrió estos objetos analizando más de 20 años de datos recolectados por el rastreo OGLE (Optical Gravitational Lensing Experiment), dirigido por astrónomos de la Universidad de Varsovia.
Mróz y sus colegas creen que estos 29 objetos pertenecen a una nueva clase de fuentes transitorias de rayos X, a las que han denominado “milinovas”, ya que su brillo máximo es aproximadamente mil veces inferior al de las novas clásicas. Una nova es una enorme explosión sufrida por una estrella sin resultar esta destruida.
Se cree que las milinovas son sistemas estelares binarios formados por dos objetos que orbitan entre sí con un periodo de unos pocos días. Una enana blanca (una estrella “jubilada” que ha cesado en su actividad nuclear y se ha encogido mucho pero que aún emite bastante luz y calor) orbita de cerca a una estrella que vive la última etapa de su vida activa estelar, etapa en la cual se ha hinchado hasta convertirse en una gigante roja. La proximidad entre las dos estrellas permite que el material fluya de la gigante roja a la enana blanca.
Se desconoce cuál puede ser el mecanismo por el que se generan esas emisiones de rayos X. Según una hipótesis, los rayos X podrían producirse al caer el material de la gigante roja sobre la superficie de la enana blanca. En cualquier caso, habrá que investigar más para esclarecer el misterio.
El estudio se titula “Millinovae: a new class of transient supersoft X-ray sources without a classical nova eruption”. Y se ha publicado en la revista académica The Astrophysical Journal Letters. (Fuente: NCYT de Amazings)
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