Este domingo continúa celebrando los cuentos Iván Zepeda Valdés

Iván Zepeda 03Xalapa, Ver. Recientemente Iván Zepeda Valdés, el cuentero cordobés, celebró 17 años dedicados a esta profesión, festejo que necesariamente está vinculado con quien le encaminó en la narración oral de manera natural, Mamá Lulú, su abuela.

Las historias de Mamá Lulú, la provocación al contar y la posibilidad de cambiar el mundo que nos rodea a partir del propio, son algunos de los motivos por los cuales Iván Zepeda y el grupo de narradores vinculados con el proyecto “Cuentos y Flores” se reúnen todos los domingos a las 12:00 horas en el Foro Permanente de Narración Oral homónimo, ubicado en el número 39-B de la céntrica calle Moctezuma, entre Xalapeños Ilustres y Murillo Vidal.

En agosto de 2014, con motivo del 2do Festival Internacional “Cuentos y Flores”, Iván Zepeda sostuvo una charla con el arquitecto, periodista y musicólogo Luis Barria para su columna El jazz bajo la manga (Formato7.com), donde el cuenta cuentos recordó a quien precisamente este fin de semana está cumpliendo un aniversario luctuoso: “Fui criado, educado, corregido y echado a perder por la abuela, que fue matriarca de una familia de 10 hijos, cinco hombres y cinco mujeres, era muy estricta pero al mismo tiempo me contaba historias”.

“Mamá Lulú era originaria de un pueblo perdido entre Córdoba y Orizaba que se llama Tuxpango y yo crecí escuchando las historias me narraba acerca de ese pueblo, que para ella y para la gente de ahí no eran cuentos, eran anécdotas, cosas que pasaban en la vida cotidiana; que si la bruja se había chupado a un niño, que si los chaneques habían perdido a una muchacha, que si las bolas de fuego, todas esas historias”.

En la Biblioteca Pública Municipal de la Ciudad de Orizaba Zepeda Valdés descubrió su vocación para el trabajo con niños: “Ahí empecé a hacerme cargo de los programas de fomento al hábito de la lectura. Para aquel entonces estaba estudiando derecho, soy abogado, no me titulé porque ya me dio mucha pereza, pero terminé la carrera.

Al principio me negaba a trabajar con niños, pero descubrí que cuando estaba con ellos se me caía la máscara y la corbata terminaba como cinta en la cabeza y el saco terminaba arrumbado y yo terminaba descalzo, entonces, no me gustaba porque ahí era realmente como soy.

Ahí empecé a darme cuenta de toda la porquería que es eso: de lo corrupto que es el sistema, de que todo se arregla con dinero(…) Por el otro lado tenía la satisfacción de contarle cuentos a niños de pre-escolar que ya sabían quién era el Quijote y recitaban el panteón griego y el panteón mexica y decía, ‘eso les va a servir un montón para su vida, porque les va a ampliar el panorama y se van a dar cuenta de que no nada más hay cosas oficiales, sino que también está el arte’; eso me daba mucha satisfacción”.

Cuando se estrenó como cuenta cuentos en una celebración de Día de Muertos, Mamá Lulú estaba entre el público y le dijo: “Yo no puedo entender que a alguien le paguen por hacer eso, porque yo toda la vida lo he hecho y en el pueblo todos lo hacíamos, pero si te pagan, es porque algo debes tener, así que, pues adelante”.

Un par de años después, viviendo en Barcelona, España, preparándose como narrador oral, recibió una llamada que le informó sobre el grado de diabetes que Mamá Lulú, como su familia padecía como herencia.

Zepeda Valdés relata en esta entrevista con Luis Barria cómo volvió a México para estar con su abuela justo el día de su cumpleaños, mismo día que cayó en el sueño más profundo, como años antes habría esperado al muchacho que llegaba tarde de la parranda antes de ir a dormir tranquila, sabiendo que había llegado con bien.

Las funciones en el Foro “Cuentos y Flores” se llevan a cabo con modalidad de entrada libre y cooperación voluntaria, con la finalidad de extender la invitación a todo el público familiar que quiera disfrutar de diferentes historias.

Mayor información sobre este espacio de narración oral se puede obtener en la página Facebook.com/CuentosyFlores.

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