Podemos casi asegurar que los políticos tienen la incapacidad de afrontar a sus gobernados con valentía. Pero el día de ayer, quedó plenamente demostrado. Le cuento. Luego que los propios alcaldes del PAN y el PRD reventaran la reunión que mantenían con Flavino Ríos Alvarado, gobernador interino del estado de Veracruz, y al no llegar a un acuerdo de a cómo serían los depósitos de pago del adeudo impresionante que el gobierno del estado mantiene con los municipios, el ejecutivo estatal decidió nuevamente salirse por la tangente. Pero afuera, integrantes de Progresa esperaron “pacientemente” a su salida para poder confrontarlo y exigir que explicara en dónde canalizaron el recurso para la construcción de una Telesecundaria que les habían prometido.
La cobardía se apoderó del gobernador interino y al ver la postura colérica de los quejosos, Flavino Ríos Alvarado no dudó en salir casi corriendo del lugar mientras atrás suyo, mujeres y hombres -que traían consigo palos- lo perseguían gritándole ratero y traidor. Los medios de comunicación dieron fe de los hechos y pudieron captar en video, la forma de cómo el ejecutivo estatal y sus colaboradores corrían para subirse en las camionetas y salir del lugar cuanto antes.
Pusilánime y patético para alguien que soñó toda su vida política en ser el gobernador del estado de Veracruz y ahora que logra prestándose a una serie infamias para cubrir a Javier Duarte, le revientan los problemas en la cara y lo exponen a los peores ridículos de su vida. Ahora, pese a que aparentemente cumplió su más preciado sueño, no lo están dejando “disfrutar” su corto poderío y puedo hasta jurar, que llora amargamente su estúpida decisión. Un literal “rey sin corona”, que a causa de la debacle financiera que su jefe político, Javier Duarte de Ochoa perpetró, ahora literalmente tiene que tragar sapos.
Un gobernador que no tiene dónde gobernar, pues los alcaldes le quitaron la posibilidad de “despachar” desde Palacio de Gobierno –de Hierro- y de Casa Veracruz. Un gobernante que tiene que ordenar desde su domicilio particular porque no tiene dónde hacerlo. Un gobernante debilitado e indigno a causa de las falacias de su administración pero también derivado de la devastación co-participe que realizó con Javier Duarte de Ochoa, hoy prófugo de la justicia.
El estado es un verdadero ejemplo de corrupción y sobre todo, de ingobernabilidad. Un gobernante que fue sacado del Palacio de Gobierno, un secretario de Finanzas y Planeación que se pasa por el “arco del triunfo” la solicitud enviada por el pleno para comparecer ante los diputados locales, es una muestra que el estado, es un verdadero desastre. Flavino Ríos es una vergüenza para él mismo. Se pisotea y ahora, sólo desea firmemente que toda ésta pesadilla termine para poder huir.
Los priístas, todos, están removiéndose entre las cloacas para salir disparados a partir del primero de diciembre. La devastación es tal, que ahora mismo no existe dinero ni para pagar la vigilancia por parte del IPAX en las dependencias de gobierno.
#NiUnaMás
A qué grado de indolencia ha llegado el gobierno actual que deja dar tumbos al estado y lo deja a merced de sus amigos los delincuentes. Nuevamente la Universidad Veracruzana es golpeada por la delincuencia organizada, esa misma que domina el territorio veracruzano bajo la protección del gobierno actual.
Saraí Reyes Campos de escasos 18 años de edad, salió de su domicilio junto con su madre el día de ayer a las 07:00 de la mañana. Jamás imaginó, que un comando armado estuviera al acecho de su persona. Caminaban por Ilang Ilang ubicada en la avenida Urano del municipio de Boca del Río –según se detalla en las redes sociales- cuando por sorpresa, estos delincuentes sorprendieron a su madre, la golpearon para lograr arrebatarle al ser más preciado: su hija.
La joven adolescente al parecer se dirigía a la facultad de Contaduría de la Universidad Veracruzana (UV) y su madre, le acompañaba para su protección. ¿Qué protección puede brindar una madre a su hija cuando ya está en la mira de la delincuencia? Pues al parecer ninguna. Ojalá fuera política del estado de Veracruz para que pudiera contar con ejército de “guaruras” como el que tiene el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Luis Ángel Bravo Contreras, resguardando su corrupta humanidad, ese mismo, que al parecer protege los intereses de la delincuencia organizada enclavada en el estado, porque ni un solo caso resuelve.
Aún se encuentran frescos los cuerpos de Génesis Deyanira Urrutia Ramírez y de Leobardo Arroyo Arano; ella estudiante de la carrera de Ciencias y Técnicas de la Comunicación y él, egresado de la misma carrera de Saraí Reyes Campos, hoy desaparecida, pero no existe ningún indicio de que la fiscalía haya dado con el paradero de quienes los asesinaron.
No esperemos mucho o mejor dicho nada de parte de la comunidad y las autoridades de dicha carrera, como tampoco de la rectora de la UV, Sara Deifilia Ladrón de Guevara González, quien se encuentra “bien ocupada” afianzando “el hueso” con el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares y poder continuar cobrando el sueldazo que auto se asignó por representar “dignamente” a la comunidad universitaria y académica. Ella se preocupa más por cosas más importante como el de la imagen de la ciudad universitaria enclavada en Boca del Río, a la mala foto que los vendedores ambulantes –de años- al grado de que apoyada de sus nuevos amigos –el hoy alcalde boqueño- y no por “nimiedades” como los secuestros a sus estudiantes y la recurrente denuncia que existe sobre el narcomedeo en la zona universitaria de Plaza Mocambo, no se va a preocupar.
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