Peces en el mar electromagnético/La ciencia desde el Macuiltépetl

- en Opinión

Sobre mi cabeza de pez abisal flota plácidamente una sirena durmiente, guardián e inspiradora de mis sueños. Cómo pez que soy, distingo la silueta de mí sirena no percibo el agua en que vivo, de la misma forma en que mis parientes terrestres no ven la atmósfera en que están inmersos.

Ciegos al medio que envuelve y sostiene nuestra existencia, también nos es imperceptible el mar electromagnético que inunda el universo,  afectando la vida en formas insospechadas aún no investigadas con profundidad por las ciencias.

Siendo aprendiz de todo y oficial de nada, me conformo con imaginar y especular. Imagino que durante la gran explosión que dio origen al universo salieron disparadas enjambres de partículas elementales, que  generaban el campo electromagnético, que a su vez hacía posible la interacción entre aquéllas, convirtiéndolas en paquetitos electromagnéticos.

El campo electromagnético no es otra cosa, dice mi equívoca imaginación, que energía vibrante; febrilmente concluyendo que todo lo existente se inunda en las oscilaciones del mar electromagnético, del cual sólo percibimos una franja de frecuencias: la luz visible. Cuando distinguimos objetos visualmente, éstos no son más que patrones de luz reflejada en esos objetos.

Pero si todo lo existente  es un paquete de energía electromagnética que emite o refleja interactuando con lo demás que existe, entonces se conforma un complejo campo electromagnético que nos afecta en formas insospechadas; ¿cómo nos afectan los rayos cósmicos, o la radiación solar? ¿Cómo interaccionan las ondas electromagnéticas producidas por las redes neuronales en mi cerebro con las que tuyas? ¿Cómo nos afectan las radiaciones de teléfonos celulares, la luz led y otros dispositivos? ¿Y la luz que nos llega de la nebulosa de Andrómeda o de las estrellas que conforman la constelación de Casiopea? Preguntas legítimas para la investigación científica.

Mi padre me dijo, cuando yo apenas tenía doce años de edad: todo es vibración. Anticipándose a la teoría de cuerdas; los elementos fundamentales de la materia no son las partículas sino  “cuerdas” vibrantes.

La teoría de cuerdas es una hipótesis científica y modelo fundamental de física teórica que asume que las partículas subatómicas, aparentemente puntuales, son en realidad estados vibracionales de un objeto extendido más básico llamado cuerda o filamento.

De acuerdo con esta teoría, un electrón no sería un «punto» sin estructura interna y de dimensión cero, sino una cuerda minúscula en forma de lazo vibrando en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones; de hecho, el planteamiento matemático de esta teoría no funciona a menos que el universo tenga once dimensiones. Mientras que un punto simplemente se movería por el espacio, una cuerda podría hacer algo más: vibrar de diferentes maneras. Si vibrase de cierto modo, veríamos un electrón; pero si lo hiciese de otro, veríamos un fotón, un quark o cualquier otra partícula del modelo estándar dependiendo de la forma concreta en que estuviese vibrando. Esta teoría, ampliada con otras como la de las supercuerdas o la Teoría M, pretende alejarse de la concepción del punto-partícula.

De acuerdo con la formulación de la teoría de cuerdas surgida de esta revolución, las ideas fundamentales son dos:

Los objetos básicos de la teoría no serían partículas puntuales, sino objetos unidimensionales extendidos (en las cinco teorías de supercuerdas convencionales estos objetos eran unidimensionales o «cuerdas»; actualmente en la teoría-M se admiten también de dimensión superior o p-branas.
El espacio-tiempo en el que se mueven las cuerdas y p-branas de la teoría no sería el espacio-tiempo ordinario de cuatro dimensiones, sino un espacio de tipo Kaluza-Klein, en el que a las cuatro dimensiones convencionales se añaden seis dimensiones compactadas. Por tanto convencionalmente en la teoría de cuerdas existe una dimensión temporal, tres dimensiones espaciales ordinarias y seis dimensiones compactadas e inobservables en la práctica.
La inobservabilidad de las dimensiones adicionales está relacionada al hecho de que estas estarían compactadas, y solo serían relevantes a escalas pequeñas comparables con la longitud de Planck. Igualmente, con la precisión de medida convencional las cuerdas cerradas con una longitud similar a la longitud de Planck se asemejarían a partículas puntuales.

Un nuevo paradigma científico se abre paso.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

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