Veremos cómo le va a la directora del Instituto Veracruzano de Cultura Silvia Alejandre Prado, cuando la dinámica financiera cambie con la inminente desaparición de los 109 fideicomisos.
El Congreso de la Unión apoyó la propuesta del Ejecutivo Federal de la pulverización de estos fideicomisos porque dijo, en muchos, se daba la corrupción.
Y no negamos que en algunos casos haya sucedido, hay algunos ejemplos, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
Pero no podemos aplicar la política de “o todos coludos o todos rabones”. La corrupción no la hacen ni las instituciones ni las figuras jurídicas, sino las personas.
Qué pasará con el Sistema Nacional de Creadores (SNCA), con el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), el apoyo a los proyectos cinematográficos, a la danza, al teatro, a la música y a las tradiciones.
Resulta difícil creer que los diputados, en su mayoría morenistas, levanten el dedo sin ojear por lo menos un fideicomiso para ver cuál es su objetivo, monto, relevancia y para qué fue creado.
Esto sucede porque el tema de fondo no es la corrupción ante una figura jurídica como los fideicomisos, que tienen sus cláusulas bien definidas.
Paradójicamente los fideicomisos fueron creados precisamente para no permitir que los políticos echaran mano de los recursos que quedaban etiquetados para tal o cual disciplina.
Ahora, el recurso de estos fideicomisos iría primero, a manos de la administración del gobierno federal para después “pasar”, según el Ejecutivo Federal, a donde tengan que ir.
Tras telón, la versión de que la pandemia dejó en la lona las arcas del presidente es muy fuerte, y como no desea endeudar al país, pues ya le echó el ojo a este recurso.
Al principio dijo que los fideicomisos debían desaparecer porque eran nidos de corrupción, ahora cambió el discurso, a que no se privará el financiamiento, sólo que el recurso lo administrará el gobierno federal.
Si piensa Alejandre Prado que el siguiente año despachará desde Tlacotalpan en su oficina como Secretaria de Cultura, pues está por verse.
AMLO atraviesa por una crisis provocada por él mismo, al abrir muchos frentes por todos lados: tiene al Frente Nacional Anti-AMLO (Frena) en el zócalo, aquellos que lo quieren fuera de Palacio Nacional.
Las madres que no han tenido justicia y que le han tomado la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Los padres de los 43 de Ayotzinapa, que después de seis años de la desaparición de sus hijos no han encontrado justicia del todo.
En Chihuahua ya es multitudinaria la “pelea” de los agricultores por el porcentaje de agua que se le debe dar a Estados Unidos, y que, en tiempos de sequía, el campo mexicano tendría pérdidas millonarias.
Las protestas genuinas o no en la Ciudad de México están a la orden del día, por el porcentaje de feminicidios que va al alza de manera preocupante.
La lucha encarnizada al interior de su partido donde se están haciendo pedazos para dirigir a Morena a nivel nacional, el partido fundado por el mismo AMLO.
Los carteles de la droga que no ha podido controlar, y que cada vez aparecen más por todos lados; tan así, que ahora hay un nuevo cártel, que afirma que ellos sólo trafican droga, no matan gente, y que van por los que causan violencia.
El caso Lozoya que él mismo se ha encargado- por hablar de más- en romper los acuerdos con los abogados del ladrón de cuello blanco, tema que está estancado.
Lo bueno de las mañaneras del señor presidente es que se defiende de las críticas y pone agenda, lo malo es que cada día se ve más cansado, más viejo y más desganado, o será que más desilusionado.
¿Qué tiene que ver el IVEC en todo esto?
Se preguntará Silvia. Y pensará que nada.
Pero la reflexión lógica es. Acaso el señor presidente, con esta lista de problemas, muchos económicos, podrá mirar de reojo a las manifestaciones artísticas.
El IVEC está dentro de la estructura del gobierno estatal, que, a su vez, depende de las políticas generales del gobierno federal.
Ya aplicó reducciones de sueldos a servidores públicos por la falta de recursos, seguramente, y como todo político, lo primero en rodar de la guillotina es el presupuesto a la cultura y las artes.
A lo mucho que puede aspirar la titular del instituto es a tener su presupuesto anual íntegro, pero aquellos recursos para la cultura integrados en los fideicomisos, sólo los verán pasar.
A qué vamos con esto. A que, sin duda, como estos dos últimos años, el margen de maniobra de la directora del IVEC será invisible.
Quizá su amigo de infancia, el gobernador del estado Cuitláhuac García Jiménez pudiese darle una ayudadita.
Pero es por muchos sabido que tanto los gobiernos de los estados como los municipales, para el siguiente año, vivirán la peor época de falta de recursos en la historia, afirman algunos alcaldes que estará de terror, ya están advertidos.
Los más “jodidos” como siempre serán los ayuntamientos, porque recordemos que Javier Duarte los “empinó” con la bursatilización de la tenencia.
Una deuda que continúa en marcha, y muchos alcaldes prefieren dejarle el regalito a la administración que viene, mientras los números crecen.
Lo peor es que Alejandre Prado anda prometiendo recursos en Tlacotalpan como si estuviésemos en tiempos de bonanza.
Lo más prudente para la funcionaria es que guardara silencio y mesura en sus acciones porque en una de esas- y no lo deseamos- sus proyectos se ven frustrados por la bola de nieve que trae el gobierno federal detrás.
Su última aparición en público fue precisamente en algunos espacios culturales de ese municipio donde decidió nacer Agustín Lara.
Y en vez de llevar apoyos y recursos, llevó al gobernador a esos espacios que están solitarios, abandonados y faltos de recursos para su reactivación.
En política esto debe ser al revés, primero se hacen las obras y después se presumen. No sabemos si el ejecutivo estatal salió de ahí alegre, desilusionado o desinteresado. Parece que la directora del IVEC vive en un mundo paralelo.
Porque si hay espacios culturales solitarios y sin vida, es precisamente en Tlacotalpan, a menos que haya algún programa o corredor cultural con el que pudiese lograrse una verdadera reactivación económica y cultural, porque su gente, la oriunda de la ciudad, es más de fiesta, torito y fandango, que también es cultura.
Nos leemos hasta la próxima. Búscanos en nuestras redes sociales Facebook: Jorge Alberto González Ramírez. Twitter e Instagram: JorgeGlezz75.
Desgraciadamente (ya muy tarde) aterrizas y te percatas totalmente, del engaño nefasto; de la calidad y nivel de CORRUPCIÓN E IGNORANCIA; de nepotismo, egolatría y farsa, a la que llega la política y el «compromiso social» de nuestras parásitas y falsarias autoridades, acostumbradas a la simulación, la estafa, el fraude, el sabotaje; a MENTIR, ROBAR Y TRAICIONAR… MAFIOSOS; VERDADEROS DELINCUENTES, que mantienen secuestrado al gobierno… y a la democracia, en un calabozo pútrido… RATAS… LACRAS DE MIERDA!…