Baja California: Alejandro Ruiz, el Pinocho de la 4T

Le dicen “pinocho”, pues tiene una enorme facilidad para mentir. Aún con todos estos defectos, Alejandro Ruiz Uribe quiere ser el próximo Gobernador de Baja California
- en Opinión

 El representante del Presidente Andrés Manuel López Obrador en Baja California desatiende los problemas sociales, pero gestiona que no suban de precio los condones, encubre actos de corrupción y se pelea por inaugurar obras públicas.

En Baja California se descompuso la situación política. El autor del batidero que priva en esa entidad es el Gobernador Jaime Bonilla, diestro en el arte de la intriga, en la que pierde gran parte del tiempo que debe utilizar para gobernar esa entidad atenazada por el crimen organizado.

El lugar de ocuparse de su trabajo –para eso le pagan los bajacaliforniamos– se ha dedicado a construir enemigos, a sembrar discordias y conflictos, como el que mantiene con Arturo González Cruz, quien en días pasados solicitó licencia como Alcalde de Tijuana para competir por la candidatura al Gobierno del estado, pero sólo duró 21 días, porque tuvo que regresar a la presidencia municipal debido a que las luces verdes no se encendieron en su favor.

Y es que el Gobernador Jaime Bonilla pretende continuar en el poder a través de su aliado Alejandro Ruiz Uribe, el llamado superdelegado del Gobierno federal en Baja California, quien ya fue destapado para ser el abanderado de Morena a la gubernatura de Baja California a pesar de que se ha ganado la mala fama de ocultar actos de corrupción y de promover, como representante del Presidente en esa entidad, que los comerciantes no suban el precio del condón ahora que la crisis causada por el coronavirus está imparable.

En realidad, Ruiz Uribe se ha mostrado como una vil caricatura política, igual que su mentor, el Gobernador Jaime Bonilla, quien desde el Gobierno del estado impulsa su candidatura no obstante que el superdelegado ha empezado a negociar con “dios y con el diablo”, pues resulta que se le ha visto en reuniones frecuentes con Raúl Felipe Luévano, exsecretario del Ayuntamiento de Tijuana, un hombre vinculado a la corrupción que engendró el exalcalde Juan Manuel Gastélum, quien ha sido acusado de desvío de recursos y usurpación de funciones.

Y es que a través de Raúl Felipe Luévano y de Gastélum el delegado Ruiz Uribe logró acercarse al empresario y cacique del gas en Baja California: Tomás Zaragoza Ito, cabeza del grupo Tomza, un monopolio gasero que mediante el tráfico de influencias, compra de conciencias, pago de campañas y otros manejos sucios se ha mantenido como la única empresa proveedora del gas en Baja California, lo que ha impedido que otras empresas fracasen en sus intentos por afincarse en esa entidad del norte de México.

Se asegura que las frecuentes reuniones que han sostenido Ruiz Uribe y Raúl Felipe Luévano tienen que ver con la estrategia de evitar que nuevas empresas del gas arriben a Baja California, una táctica que beneficiaría a los intereses del político panista, quien ha sido abogado de Zaragoza Ito, quien durante los últimos 30 años ha mantenido el monopolio gasero en el estado mediante la protección de los gobiernos del PAN.

Por ello, el representante de López Obrador en Baja California ha hecho suyo el discurso en contra de las empresas gaseras que buscan instalarse en Baja California, argumentando que no cumplen con la regulación estatal ni municipal, un tema polémico que hasta ahora se ha podido detener con dinero.

El representante del Presidente en Baja California tampoco no ha tenido escrúpulos para divertirse en plena pandemia y pasarse buena parte de su tiempo de trabajo acompañado de damas y todo tipo de personas. Anda en campaña, una campaña irresponsable, por cierto. Y es que en redes sociales aparece muy bien acompañado en medio de una multitud, sin cubrebocas y tomándose una selfie no obstante la crisis causada por la pandemia.

Y así, igual que su mentor Jaime Bonilla, el llamado superdelegado va de escándalo en escándalo. Y es que tiene una gran facilidad para hacer el ridículo. Un ejemplo más ocurrió cuando el representante del Ejecutivo Federal anunció públicamente que iba a realizar una supervisión en el estado para evitar que los comerciantes aumentaran el precio del condón.

En un video que circuló en redes sociales, Alejandro Ruiz pidió que no suban el precio de los preservativos. E incluso acudió a un centro comercial en donde observa los precios de los condones y hace un llamado en todo el estado para que no suban los precios.

Sus palabras lo exhiben:

Vamos a vigilar que los precios de los preservativos se mantengan como están hasta ahora”. En el mismo video, el funcionario bromea sobre cuales condones son los que tienen mejor calidad y habla sobre su utilidad para las personas durante la cuarentena causada por el coronavirus. Reiteró: “No vayan a incrementarlos… No vamos a permitir que suba esto”, volvió a decir.

El delegado federal, sin embargo, no ha dicho una sola palabra respecto de los problemas de inseguridad pública que enfrenta Baja California, entidad que gracias a la ineficacia del Gobernador Jaime Bonilla ocupa el quinto lugar nacional en violencia y criminalidad. Pero de estos temas no habla Ruiz Uribe, quien presume tener una gran cercanía con el Presidente López Obrador, quien por cierto no ve nada mal que este cómico de la política sea el candidato de Morena al Gobierno de Baja California.

Hasta ahora, Alejandro Ruiz Uribe parece estar jugando al candidato, pues se le cuestionó recientemente por qué no había solicitado licencia al cargo de delegado federal para contender por la gubernatura, algo extraño porque la ley especifica que a más tardar en octubre debieron renunciar quienes aspiren a otros cargos. Él no lo hizo.

Expresó, sin embargo, su deseo de continuar como delegado: “Vienen cosas muy importantes en la delegación –subrayó–. Tengo más alicientes para quedarme en este caso donde estoy a irme a buscar una aventura electoral. Esto no quiere decir que pierda mis derechos constitucionales”.

Y añadió: “Yo creo que toda persona que se desenvuelva en la vida pública aspira a representar, quien diga que no, está mintiendo”.

– ¿Cuándo pedirá licencia? –le preguntaron los reporteros en Baja California.

– En este momento no tengo pensado pedir licencia ni renunciar –dijo el delegado único.

Ruiz Uribe presume ser transparente y honesto, pero dos hechos lo han dejado en evidencia como tapadera de presuntos actos de corrupción. Uno de ellos fue el caso que protagonizó uno de sus subalternos, quien le informó sobre el traslado de dinero en efectivo del Gobierno de Jaime Bonilla, su mentor político, quien lo promovió para que se convirtiera en delegado federal.

El caso es que tuvo conocimiento de que un funcionario estatal trasladó varios millones de pesos en efectivo y fue detenido en un retén por un militar. Presuntamente se trataba de los famosos “moches”, los porcentajes de dinero que ganan los políticos por asignar cuantiosos contratos de obra pública.

En este caso, el delegado estuvo enterado de este traslado millonario de dinero, pero como se trataba de los intereses de Jaime Bonilla –su impulsor político– el delegado, quien presume honestidad y transparencia, prefirió guardar silencio y no presentó ninguna denuncia sobre los hechos que le constan. No hubo ninguna denuncia ni administrativa ni penal. Simplemente guardó silencio, un silencio cómplice.

Lo grave es que en lugar de acudir al Ministerio Público Federal a presentar al menos una denuncia de hechos, prefirió reunirse con el Gobernador Bonilla y contarle el hallazgo. Debido a los llamados “moches” tuvieron que renunciar la titular del área de Bienestar y también el militar que dejó ir al funcionario que llevaba la maleta de dinero en efectivo.

Este hecho exhibió al Secretario General de Gobierno de Baja California, Amador Rodríguez Lozano, como parte de este entramado de corrupción. Estaba obligado a separarse del cargo, pero el manto de la impunidad lo cobijó. En la Fiscalía General del Estado se desestimó el caso bajo el argumento de que no había delito que perseguir. Así la corrupción en el Gobierno de Jaime Bonilla.

Otro hecho sobre el que el delegado Ruiz Uribe también guardó silencio fue el caso del hallazgo de un ladrillo de mariguana en la cajuela de una patrulla. Tampoco presentó denuncia alguna a pesar de que a él le constaba el hecho.

Eso sí, como anda promoviendo su candidatura al Gobierno de Baja California se anda peleando por aparecer en la inauguración de obras. El caso más escandaloso fue cuando se enojó porque no lo invitaron a inaugurar la Zona Deportiva Mirador, ubicada en la colonia “El Mirador”. El delegado quería jalar los reflectores y como no lo dejaron terminó enojado, pues se asegura que está aprovechando todas las obras públicas para promoverse en el estado.

A Ruiz Uribe se le recrimina, sin embargo, que no se ocupe de las carencias que enfrentan miles de familias de escasos recursos en Baja California. El tema social, la pobreza, el crimen organizado, la miseria, el hambre y el tema de la pandemia parecen no interesarle al representante del Presidente López Obrador.

Se le califica de arrogante y prepotente, pues a pesar de que él dice estar con el pueblo y ser parte de él, es el pueblo lo que menos le importa. Además, lo tildan de mentiroso. Por ello le dicen “pinocho”, pues tiene una enorme facilidad para mentir. Aún con todos estos defectos, Alejandro Ruiz Uribe quiere ser el próximo Gobernador de Baja California.

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