La violencia después de la pandemia / Raúl López Gómez / Cosmovisión

Antonio Sola, experto en comunicación política.
- en Foro libre

El aumento de la violencia en el mundo, después de la pandemia creció considerablemente.

Nadie percibe o pone atención a un fenómeno que se generó, luego de la mayor crisis en materia de salud de los últimos tiempos.

Además, de los hechos “normales”, que así se pretenden ver en toda la sociedad, las guerras entre países han puesto en alerta máxima a la humanidad.

Con la pandemia del Covid-19, con el mayor experto en comunicación política en todo el orbe, Antonio Sola, se dio amplio margen de difusión al tema de la resiliencia.

Antonio Sola, desde su hogar comenzó a hablar al mundo de las fallas de los políticos y de algunos gobiernos en el orbe y alertó de lo que venía con la post-pandemia analizando los efectos negativos después del largo periodo de aislamiento de la humanidad, que dio como resultado un nuevo respiro al planeta.

Ahora, al paso del tiempo de la “reactivación” de una nueva normalidad, los científicos y médicos no abonan diagnósticos al mundo del pasado, y al nuevo, que se generó después de tanto miedo y temor a morir que colapsó a los sistemas de salud.

Superada la pandemia y sus mensajes de regreso con mayor letalidad, se han vivido mayores niveles de violencia entre unos y en otros, también se generó mayor sensibilidad humana.

El reacomodo del mundo después de la pandemia dejó severos efectos de daño a la salud mental de la gente y se disparó en la industria farmacéutica el consumo de ansiolíticos y antidepresivos en la población en general con un elevado grado de colapsar el abasto de estos medicamentos.

¿Pero que sigue para poder frenar la violencia en el orbe?

Antonio Sola, se ha dado a la tarea de pregonar sólo en un desierto, pero con el uso de las redes sociales a difundir una nueva cultura de solidaridad humanística con su Fundación Liderar con Sentido Común, llegando a la gente con conferencias formativas y de análisis para seguir adelante sin riesgo de perderse en un mar proceloso en donde la violencia crece ante la paz, pero hay que seguir luchando por el bien de la humanidad.

Cómo con el ejemplo de Antonio Sola, sin dejar de luchar por el sueño imposible del Quijote, hay que seguir trabajando y procurando por la paz en el mundo para bien de las actuales y futuras generaciones.

Y seguir en esa exigencia a los políticos de frenar a sus ambiciones de poder e intento de avasallamiento de las poblaciones vulnerables. Así las cosas.

 

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