Muere José Agustín: el irreverente que abrió caminos

Tras un largo padecimiento, ayer falleció el novelista, cuentista y ensayista que sacudió las letras mexicanas con lenguaje y temas disruptivos. Foto José Agustín, Archivo Histórico Excelsior.
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Virginia Bautista / Excelsior

Toda la tarde, a partir de que Andrés, Jesús y José Agustín Ramírez, hijos del autor de La tumba y De perfil, confirmaron su muerte en la red social Facebook, diversos narradores, editores y funcionarios culturales compartieron sus vivencias como lectores.

Margarita Bermúdez, la viuda del autor de Se está haciendo tarde, y su familia lo definieron como “un prolífico escritor… guerrerense de corazón, autodidacta, empedernido, amante de la comida y los placeres, junguiano, estudioso del I Ching, aficionado de la astrología e impulsor de todas las formas de contracultura. Se fue en paz rodeado de su familia”, detallaron.

Y entre este mar de despedidas, no podía faltar Juan Villoro: “José Agustín cierra su paso por el mundo material. El rey llegó a su templo. Empieza el desafío de vivir sin ese maestro inigualable”.

Entre los ejemplos de la vigencia de la obra de José Agustín se encuentra el narrador Antonio Ortuño, quien aclara en entrevista que comenzó a leerlo cuando tenía 13 años. “A mi hermano le prestaron La tumba, la primera novela de José Agustín. La terminó de leer y la dejó en la habitación que compartíamos.

Detalla que “probablemente el primer gran escritor mexicano que venía de la cultura del rock fue él y el que más lo dejaba traslucir. Y, también a través de eso, la literatura de la contracultura”.

Ortuño está convencido de que “ha existido un desdén hacia la obra de José Agustín. Lo acusaron de escribir de manera muy sencilla, de estar como datado a un tipo de lenguaje popular y juvenil de los años 70 y de haberse quedado ahí.

Quien bautizó como Literatura de La Onda a la generación informal a la que perteneció José Agustín, junto con escritores como Gustavo Sainz, Parménides García Saldaña, Margarita Dalton y René Avilés Fabila, afirmó en entrevista que hubo quienes siguieron a José Agustín “bastante al pie de la letra”; pero también hubo otros que “encontraron su propio camino, como Juan Villoro. Y espero que haya jóvenes escritores que abran nuevas rutas”.

La académica de la lengua destacó que José Agustín “marcó el principio de un tipo especial de escritura, de un singular acercamiento a la escritura mexicana, a la relación con el país, propició la aparición de temas y
preocupaciones distintos; de una literatura mucho más urbana, mucho menos épica que la de la Revolución o la propia literatura de Juan Rulfo”.

Sobre la evolución del estilo de quien escribió 11 novelas, entre 1964 y 2006, dijo que no podía analizarlo porque no siguió toda su obra. “No sé si sigue vigente su propuesta tal y como la hizo al principio. Pero su obra siguió tocando a las nuevas generaciones, según ellos mismos lo expresan”.

José Agustín y Avilés Fabila: una amistad íntima

Más allá de la literatura, de que su obra haya sido enmarcada en la generación de La Onda, los escritores José Agustín (1944-2024) y René Avilés Fabila (1940-2016) cultivaron una amistad que nació antes de la preparatoria y permaneció contra viento y marea.

Señala que René Avilés, quien fue colaborador de Excélsior, era además amigo de toda la familia de Agustín. “Él se fue a Cuba, nosotros a París. Luego regresamos y como si no hubiera pasado el tiempo. Cuando José Agustín estuvo unos seis meses en Lecumberri, le escribía mucho a René. Pero no conservo esa correspondencia”, lamenta Casco.

Dice que Agustín “era un hombre que sabía hacer amigos. Súper culto. Amaba la música. Su hermano era piloto y le traía los discos de rock. Los unió la música y la literatura, a pesar de que sus propuestas eran tan distintas”, añade.

“Disfrutó de la adaptación de Ciudades desiertas”

En vida, José Agustín la pasó de onda viendo la película Me estás matando, Susana, (2016) adaptación de su obra Ciudades desiertas (1982) dirigida por Roberto Sneider y protagonizada por Gael García Bernal.

Ciudades desiertas cuenta cómo Susana y Eligio intentan superar conflictos amorosos durante su estancia en un pueblo estadunidense.

¿Por qué Sneider no replicó el título original para su película? En ese entonces, recordó que Jonás Cuarón había estrenado su filme Desierto con Gael García Bernal como protagonista, así que no quería confundir a la audiencia, pues su adaptación también estaba a cargo del Charolastra.

Además, conforme la filmación, descubrió que su visión se inclinó realmente a la profundidad de Eligio (García Bernal) y Susana (Verónica Echegui) como personajes.

Y, cosa curiosa, Alfonso Cuarón fue el primer director en tener los derechos de la obra literaria Ciudades desiertas, sin embargo, ante la falta de tiempo los soltó. Y Sneider aprovechó la oportunidad.

(Por Lucero Calderón)

Los recuerdos de la Novia de México

La historia de Angélica María y José Agustín comenzó en 1966, cuando La novia de México leyó la novela De perfil y contactó al escritor para intentar adaptarla a la pantalla grande. No lo logró, sin embargo, sí concretaron una colaboración en 5 de chocolate y 1 de fresa, él como guionista, ella actuando. Por su cercanía, ambos terminaron enamorados y su breve romance terminó por ideales distintos y porque José Agustín estaba casado con Margarita, según explica la actriz en su biografía Angélica María: La Novia de México.

(Por Jorge Santamaría)

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