Por Efraín Hernández/
Amatlán.- La comunidad de Fraternidad y Cacahuatal se unieron en uno solo para despedir al joven Arturo, de tan solo 14 años, quien fue privado de su libertad hacía 5 años y posteriormente asesinado por sus plagiarios.
A pesar de que quienes cometieron tan ruin crimen ya se encuentran tras las rejas, esta misma semana sus restos fueron encontrados en una fosa en la localidad de Campo Grande, perteneciente al municipio de Ixtaczoquitlán.
El viernes por la noche sus restos mortales llegaron a su natal Cacahuatal, donde ya era esperado por sus familiares quienes, con un nudo en su corazón y con una profunda tristeza, ya lo esperaban.
A pesar de que el pequeño regresó a casa dentro de un ataúd, el dolor de sus padres, quienes por 5 años no sabían nada de él, era inimaginable. Aunque tendrán un lugar donde llorarlo, la exigencia de que se haga justicia no va a apaciguar el llanto del corazón.
El sábado por la mañana se llevó a cabo la misa de cuerpo presente en la Iglesia de la congregación, y en Cacahuatal fue la velación, donde sus amigos y familiares estuvieron con Arturo por última vez, para posteriormente el domingo por la tarde acompañarlo a su última morada.
Con flores y con cánticos, le dijeron adiós, siendo un joven de 14 años que desde hace 5 años le privaron de sus sueños y sus anhelos. Cada puño de tierra que descendía al momento de que el ataúd bajaba, la música sonaba con una frase que decía «descansa en paz, bebé«. En todo momento, el cementerio estuvo resguardado por elementos policíacos de los 3 órdenes de gobierno.
Comentarios