México un país de más de 126 millones de habitantes y más de 99 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral, los cuales tienen derechos y obligaciones, uno de esos derechos es la de formar parte en los asuntos políticos del país, ya sea activa o pasivamente, es decir, votar o ser votado, pero en su mayoría son indiferentes ante tales prerrogativas, no vislumbran lo que acontece o lo que podría ocurrir en el país.
Los mexicanos enfrentamos un fascismo moderno, absolutista y centralista, el cual utiliza estrategias políticas propagandísticas utilizadas por los regímenes totalitarios como el NAZI en Alemania o el Estalinista en la URSS, gobiernos sordos, donde no escuchan a la población, regímenes donde no existe el fracaso según el líder, el error es atribuido a otros. En México la culpa es de los conservadores, de los neoliberales, de los enemigos del presidente, de los que estuvieron en el pasado, no existe responsabilidad de sus acciones u omisiones.
Tenemos un gobierno que su política es a base de mentiras repetidas todos los días, discursos orientados a la división, al fanatismo y la desinformación, en donde la información sólo sirve para manipular a sus masas, y cuando no es útil o incomoda, mejor reservarla, porqué el presidente tiene otros datos que le son más útiles, tal y como lo hacían en el Nacional Socialismo, Hitler en su libro Mein Kampf señala que. “cualquier propaganda efectiva debe limitarse a pocos puntos y repetir los eslóganes el mayor tiempo posible hasta que la última persona asocie lo deseado a ese eslogan”.
Hoy en día, puede decirse que tenemos el peor gobierno de la historia moderna de nuestro país, pero un solo hombre no podría lograrlo sólo, necesita, de socios, cómplices, seguidores, gobiernos estatales y municipales a fines a su movimiento, émulos de su incompetencia e ineptitud de gobernar, los cuáles son alimentados con dádivas y privilegios, los cuales otorgan su apoyo incondicional a su Führer (líder), al mesías, a su salvador, quien los sacó de la miseria y los mantiene en la esfera de los privilegios, la nueva Nomenklatura.
A todo esto, vale la pena recordar la frase universal “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, luego entonces, somos un país de ciegos, que no queremos ver lo que acontece en nuestro país; El nuevo disfraz del fascismo, el gobierno de un sólo hombre, centralizado, que emula formas de gobierno del nazismo y estalinismo, en donde de manera democrática tiene el control del poder ejecutivo y legislativo y por inducción al judicial, de igual forma, fortalece las instituciones militares para sus fines, se adueña de la industria y la propiedad privada.
En conclusión, somos un país de ciegos, donde no vemos lo que es evidente, cada día la libertad se ve acotada, las instituciones que realizan contrapesos son destruidas o se vuelven ineficientes, la politización, manipulación y divisionismo de la ciudadanía es la receta del tirano. Se aprovecha la pobreza y la ignorancia, se usa la ambición y fanatismo de la gente, ya vimos lo que pasó en Europa, el totalitarismo de Stalin y Hitler, en América Fidel Castro y Hugo Chávez en Cuba y Venezuela, las personas, no vieron la catástrofe que afrontarían, años más tarde, el arrepentimiento de no haber hecho algo a tiempo, la historia nos brinda estas lecciones, para que los ciudadanos de otros países y sus futuras generaciones abran los ojos y no sean un país de ciegos.
César Gaspar Cortés Zilli
Abogado y Economista por la Universidad Veracruzana.
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