La misión de la nave china Chang’e-6 en la Luna

La manchita blanca brillante en el centro de la fotografía es el vehículo de descenso de la Chang'e-6. Así lo divisó desde el espacio la sonda espacial LRO de la NASA, que lleva desde 2009 en órbita a nuestro satélite natural. (Foto: NASA Goddard / Arizona State University)

La sonda espacial china Chang’e-6, que consta de un orbitador, un vehículo de descenso, otro de ascenso y un pequeño rover, fue lanzada al espacio con un cohete chino Larga Marcha 5 el 3 de mayo de 2024. Su misión: viajar a la Luna, alunizar en la cara oculta de la Luna, recoger muestras y enviarlas a la Tierra.

El 8 de mayo, después de una travesía de varios días, la Chang’e-6 entró en órbita lunar.

El 2 de junio, el conjunto integrado por el vehículo de descenso y el de ascenso, y portando al rover, aterrizó en la zona prevista. Con su impulsión de frenado, disminuyó poco a poco su velocidad y su altitud, posicionándose sobre la zona de alunizaje, el cráter Apolo, situado dentro de la enorme cuenca Aitken del polo sur lunar, ubicada en la cara oculta.

A unos cien metros de altura, se quedó flotando temporalmente, mientras sus cámaras y sensores observaban la superficie y determinaban el mejor punto de aterrizaje, evitando terrenos escarpados o con fuertes desniveles.

Ante la posibilidad de que el polvo lunar levantado por la propulsión de frenado impidiera a la nave ver lo que tenía debajo, esta llevaba un sistema a base de rayos gamma capaz de medir la altitud a través del polvo. Una vez la nave seleccionó el punto definitivo de aterrizaje, descendió en vertical hacia él. A muy poca altitud sobre el suelo, apagó la propulsión y se dejó caer. Aunque la altitud era muy poca, un sistema de acolchamiento suavizó la entrada en contacto con la superficie.

Dado que la zona de aterrizaje de la Chang’e-6 está en la cara oculta de la Luna, el proceso de descenso y alunizaje no pudo ser observado desde la Tierra, ni las comunicaciones directas son posibles. Para permitir las comunicaciones, la misión se ha valido del satélite Queqiao-2, en órbita lunar, que fue enviado allí en marzo de este año. Queqiao-2 ha servido de enlace de comunicaciones entre la Tierra y la cara oculta de la Luna.

Después del alunizaje y de las comprobaciones pertinentes, comenzaron las actividades científicas. El rover salió al exterior y captó imágenes. Se llevó a cabo también la recogida de muestras. Estas fueron almacenadas dentro del vehículo de ascenso. Una vez cargado este vehículo, despegó de la Luna y se encontró con la nave nodriza en órbita lunar, el 6 de junio.

El vehículo de descenso fue fotografiado desde el espacio por la sonda espacial LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) de la NASA.

Se inició el viaje de regreso, siendo la culminación del mismo el descenso en territorio chino de la cápsula conteniendo las muestras, para el 25 de junio de 2024. (Fuente: NCYT de Amazings)

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *