¡Rhaenyra Targaryen sí existió! La oscura historia real detrás de House of the Dragon

La serie está inspirada en una historia real igual de oscura y sangrienta que la ficción.
- en Cultura

Por Mariana Martell/Cultura Colectiva 

House of the Dragon se ha convertido en un verdadero fenómeno televisivo que, al igual que Game Of Thrones, nos mantiene cada semana al borde del asiento con la intensa lucha por el Trono de Hierro.

Aunque seguramente tú ya escogiste tu bando, lo que probablemente no sabes es que la serie, basada en la novela “Fire & Blood” escrita por George R.R. Martín, está inspirada en una historia real igual de oscura y sangrienta que la ficción.

No es ningún secreto que en el pasado, el mundo vivió etapas problemáticas donde el poder y la ambición se convirtieron en los peores enemigos de la humanidad y aunque la historia que te contaremos a continuación no incluyó dragones, el reclamo de una reina a la que le robaron el trono se transformó en una despiadada lucha que dividió a toda una familia.

La historia real detrás de House of the Dragon
House of the Dragon se inspiró en una cruel y devastadora guerra civil conocida como “La Anarquía“, la cual fue un violento periodo en la historia de Inglaterra, que tuvo lugar entre 1135 y 1153.

Este conflicto comenzó tras la muerte del rey Enrique I, que al igual que el rey Viserys Targaryen, además de casarse con una mujer 35 años menor que él, antes de morir decidió nombrar a su hija, la emperatriz Matilde, como heredera única al trono.

Sin embargo, cuando Enrique murió en 1135, Esteban de Blois, primo de Matilde, ursurpó el trono, argumentando que por ser hombre tenía más derecho y apoyo entre la nobleza.

Rhaenyra Targaryen, Matilde no se quedó con los brazos cruzados y decidió reclamar en 1139 lo que consideraba suyo por derecho. Apoyada por su medio hermano, Roberto de Gloucester, y su tío David I de Escocia, Matilde invadió Inglaterra, iniciando así un largo y sangriento conflicto.

La guerra civil llevó al reino al borde del colapso, hasta que, finalmente, en 1153, la batalla llegó a su fin con el Tratado de Wallingford, en el que Esteban reconoció a Enrique, el hijo de Matilde, como su heredero.

Comentarios

¡Síguenos!