Efraín Hernández
Plumas libres
Fortín.– La escuela primaria Adolfo López Mateos se encuentra en el centro de la polémica después de que un grupo de padres de familia denunciara una malversación de los fondos del programa federal «La Escuela es Nuestra» (LEN). Preocupados por la falta de transparencia, solicitaron a la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) que realice una auditoría exhaustiva para esclarecer lo sucedido.
El plantel, que recibió 250 mil pesos destinados a la mejora de sus instalaciones, enfrenta una situación crítica. Los fondos estaban asignados para la construcción de nuevos baños para los estudiantes, pero, de acuerdo con las declaraciones de los padres, los trabajos realizados no solo no cumplieron con lo planeado, sino que se modificaron para beneficiar al personal docente con un baño adicional, en detrimento de las instalaciones para los alumnos.
Las quejas no terminan ahí. Los denunciantes acusan a la directora, Juana Cortés Mendo, de haber tomado control absoluto de los recursos, excluyendo al comité de padres que debería supervisar las obras.
Los afectados señalaron que esta situación ha sido una constante durante el periodo de la actual directora, quien durante años habría favorecido a la ex tesorera de la Asociación de Padres de Familia para manejar de forma opaca las finanzas de la escuela.
El descontento ha llegado al punto de que varios padres han decidido cambiar a sus hijos de escuela, reduciendo drásticamente la matrícula de la Adolfo López Mateos. Actualmente, el plantel cuenta con menos de 60 estudiantes, un reflejo del malestar generalizado que impera en la comunidad escolar.
El pasado 13 de agosto, la situación alcanzó un nuevo nivel de gravedad cuando se informó a los padres que casi 129 mil 700 pesos de los 250 mil asignados por el programa LEN habían desaparecido, dejando en suspenso el proyecto de los sanitarios. Esto causó gran molestia entre ellos y urgió a tomar medidas legales para aclarar la situación.
Además, los tutores han revelado que la escuela enfrenta un problema de infraestructura debido al mal estado del techo de un salón de clases, que ya ha sido catalogado como riesgoso. A pesar de que un dictamen técnico recomendaba la reconstrucción del techo, la dirección optó por una solución temporal que no garantiza la seguridad de los estudiantes.
Ante esta situación, miembros del Comité de Bienestar Escolar han renunciado en protesta por la falta de transparencia y la poca disposición de la directora para colaborar. Por lo que los padres solicitaron a la SEV investigue a fondo no solo el desvío de fondos, sino también las decisiones administrativas que han puesto en riesgo el bienestar de los estudiantes.
Los quejosos señalaron una posible complicidad de la supervisora escolar de la zona 230, quien ha hecho caso omiso a las quejas presentadas anteriormente, por parte de los diversos padres de familia.
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