Xalapa, Ver.- En cartas a la redacción de Plumas Libres, personal docente del Instituto Tecnológico de Tierra Blanca, piden la intervención de autoridades de todos los niveles para que se revise la actuación del director del centro Sidney René Toledo Martínez quien por estar concentrado en sus actividades personales y de amoríos se ausenta la mayor parte del tiempo de su trabajo y le entregó la autoridad a su amiga Judith Amaya Domínguez quien siendo Licenciada, se ostenta como Maestra y cobra como Directora Académica realizando acciones en detrimento de la enseñanza y maltratando a los docentes y demás.
La carta se publica de manera íntegra:
Lic. Andrés Manuel López Obrador/ Presidente de la República Mexicana.
Dra. Claudia Sheinbaum Pardo/Presidenta electa de la República Mexicana.
Ing. Cuitláhuac García Jiménez/ Gobernador del Estado de Veracruz.
Ing. Rocío Nahle García/ Gobernadora electa del Estado de Veracruz.
Lic. Víctor Emmanuel Vargas Barrientos/ Secretario de Educación del Estado de Veracruz.
Dra. Claudia Tello Espinosa/ Secretaria de Educación del Gobierno Electo de Veracruz.
Dra. Margarita Corro Mendoza/ Diputada federal recién electa.
Lic. Felipe Pineda Barradas/ Diputado Local electo.
Un Liderazgo cuestionable en el Tecnológico Nacional de México, Campus Tierra Blanca
Desde 2019, la gestión de la Lic. Judith Amaya Domínguez como Directora Académica del Tecnológico Nacional de México, Campus Tierra Blanca, ha estado marcada por decisiones y actitudes que han generado controversia y descontento entre el cuerpo docente y la comunidad académica. Aunque su puesto debería estar respaldado por una sólida formación académica y una destacada trayectoria en la educación superior, la realidad presenta un panorama alarmantemente distinto.
En primer lugar, resulta preocupante que la Lic. Amaya Domínguez ostente únicamente un título de Licenciatura en Sistemas Computacionales y Administrativos. En su síntesis curricular disponible en el portal de transparencia del ITSTB, se autodenomina «maestra», un título que no corresponde a su formación académica. Aunque menciona una especialidad en Educación Media Superior, esta no se traduce en la experiencia y conocimientos necesarios para liderar el área académica de una institución de educación superior. La falta de una maestría o doctorado, requisitos fundamentales para el cargo que ocupa, cuestiona su capacidad para enfrentar los desafíos académicos y administrativos del Tecnológico Nacional de México.
Además, su experiencia laboral se limita al Conalep Veracruz II, donde ha trabajado como docente desde 2002. Aunque esta trayectoria es respetable en su ámbito, no cumple con las expectativas para un puesto que requiere experiencia en el nivel superior, especialmente en roles de gestión académica. Esta carencia es especialmente notable al comparar su perfil con el requerido para la posición de Directora Académica, que exige no solo conocimientos técnicos, sino también competencias en liderazgo, gestión de equipos y una visión estratégica alineada con los objetivos institucionales.
La situación se agrava por el hecho de que el único mérito aparente de la Lic. Amaya Domínguez para acceder al cargo es su amistad de un par de décadas con el Director del Plantel, el Dr. Sidney René Toledo Martínez. Esta relación personal ha permitido que, en la constante ausencia del director en el plantel, ella tome decisiones que impactan negativamente en el Instituto, muchas veces sin la debida consideración de los directores de áreas correspondientes. Su gestión se ha caracterizado por un ambiente de intimidación y autoritarismo, donde su palabra es considerada ley y cualquier desacuerdo puede resultar en represalias laborales. Este entorno tóxico no solo afecta el desempeño del personal, sino que también compromete la calidad educativa que la institución generalmente ofrece.

Un aspecto particularmente preocupante es la falta de apoyo a las iniciativas de investigación y vinculación a los docentes, así como la imposición de roles de vigilancia para controlar al personal, han llevado a una interrupción innecesaria en las clases y en las actividades académicas. La vigilancia es realizada por personal docente, que podría estar dedicando su tiempo a las actividades inherentes a la docencia, tutoría, investigación, vinculación y gestión, en lugar de cumplir con funciones ajenas para las que fueron contratados.
Además, la Lic. Amaya Domínguez exige el cumplimiento de lineamientos que no lee en su totalidad y que ella misma no cumple. Un ejemplo de esto es la contratación de su sobrina Adriana Dominguez de la Cruz como jefa de la división de Ingeniería Ambiental, cuando desde 2019 la sobrina ha estado ocupada en la tarea de cuidar los invernaderos. La verdadera responsable de las funciones de dicha división es la subdirectora de Investigación y Posgrado, quien asume un doble papel con un único salario.
La crítica hacia la Lic. Judith Amaya Domínguez no se basa únicamente en su falta de cualificaciones formales, sino en la evidente falta de liderazgo y ética en su desempeño. Un puesto tan crucial como el de Directora Académica requiere de un profesional que, además de cumplir con los requisitos técnicos, demuestre un firme compromiso con el desarrollo continuo de la institución y con la educación pública en México.
La comunidad del ITSTB solicitamos a las autoridades del estado de Veracruz que atiendan esta situación con urgencia, ya que estos aspectos requieren una revisión y corrección inmediata.
Enlace del portal del documento del portal de transparencia: https://www.itstb.edu.mx/web/transparencia/links/curriculums/jad.pdf
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