Efraín Hernández
Plumas Libres
Río Blanco.- La creciente desconfianza hacia la policía estatal en Río Blanco, sumada a la falta de una corporación de seguridad municipal, ha dejado al territorio sumido en la incertidumbre y la inseguridad. A pesar de que Ricardo Pérez García, munícipe, se comprometió hace tres años a establecer una fuerza local de seguridad, dicha promesa sigue sin cumplirse, lo que ha agravado los actos delictivos en la región. Mientras tanto, el edil parece más enfocado en aparecer en fotos para medios afines que en resolver la grave situación de violencia que afecta a los ciudadanos.
Tan solo este fin de semana fue sumamente violento, ya que el municipio fue escenario de dos homicidios que, hasta el momento, siguen sin esclarecerse ni presentar a los responsables ante la justicia. El primero ocurrió la madrugada del viernes 20, cuando una pareja fue ejecutada en el interior de su vivienda. El segundo asesinato se registró el domingo 22 en la congregación Vicente Guerrero, donde el talachero conocido como «El Rambo» fue abatido por sujetos desconocidos. En ambos casos, no ha habido detenciones, lo que refuerza la percepción de ingobernabilidad en la demarcación.
Mientras la inseguridad continúa escalando, la creación de una policía municipal sigue siendo una promesa incumplida. Los habitantes de Río Blanco, quienes cada día desconfían más de la actuación de la policía estatal, continúan exigiendo una solución que el gobernante local parece ignorar. En lugar de buscar estrategias para frenar los crímenes, Pérez García se concentra en emitir boletines de prensa y tomarse fotografías, dejando de lado su compromiso de fortalecer la seguridad en la región.
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