Por: Jeremías Trejo González
El reciente incidente en el que un trabajador de Pemex cayó con su camioneta a un canal de aguas negras en la colonia Punta Caracol de Coatzacoalcos, no es un hecho aislado. Es un reflejo de la negligencia y la indiferencia que ha caracterizado la gestión del alcalde Amado Jesús Cruz Malpica.
La ciudad se encuentra en un estado de abandono, con servicios públicos deficientes y una infraestructura que se desmorona. Los canales de aguas negras, convertidos en trampas mortales, son un símbolo de la ineficiencia y la falta de atención a las necesidades básicas de la población.
Es indignante que, a pesar de que hace algunos años un vecino de la colonia Punta Caracol perdiera la vida al caer en el mismo canal, las autoridades municipales no hayan tomado medidas para prevenir que este tipo de accidentes se repitan. La falta de mantenimiento, la falta de seguridad y la falta de interés por parte del gobierno municipal han convertido a Coatzacoalcos en una ciudad donde la vida humana se ha vuelto un bien precario.
Amado Cruz Malpica se ha mostrado indiferente ante los problemas sociales y las necesidades de la población. Su gestión se ha caracterizado por la corrupción, la falta de transparencia y la incapacidad para atender las demandas de la ciudadanía. El Ayuntamiento de Coatzacoalcos se ha convertido en una cueva de Alibaba, donde la corrupción impera y los funcionarios se enriquecen a costa del pueblo.
La llegada de Rocío Nahle García al gobierno de Veracruz representa una oportunidad para cambiar las cosas. Nahle, una mujer de carácter fuerte y con un historial de lucha contra la corrupción, tiene la oportunidad de demostrar que Veracruz puede ser un estado donde la justicia prevalezca. Es necesario que actúe con firmeza y determinación para acabar con la impunidad que ha reinado durante años.
Nahle debe llamar a cuentas a Amado Cruz Malpica por su ineficiencia y su falta de compromiso con el bienestar de la población. Es necesario que se le exija que tome medidas para mejorar los servicios públicos, que se garantice la seguridad de los ciudadanos y que se ponga fin a la corrupción que ha caracterizado a su gestión. Si Cruz Malpica no está dispuesto a cambiar su forma de gobernar, Nahle debe pedirle que renuncie a la presidencia municipal.
Coatzacoalcos necesita un cambio real, un cambio que se traduzca en un futuro mejor para todos. La responsabilidad de este cambio está en manos de Rocío Nahle García. Es necesario que actúe con determinación y que no permita que la corrupción y la impunidad sigan imperando en el estado.
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