En el panorama político de Veracruz, las sorpresas no dejan de surgir. Marlon Ramírez Marín, exdirigente estatal del PRI, ha generado especulaciones al ser visto en reuniones con figuras prominentes de la Cuarta Transformación. Estos encuentros avivan los rumores sobre un posible cambio de trinchera del priista hacia el movimiento que inició el ex presidente López Obrador. Lo que no sería extraño porque ya el viejo PRI está en MORENA.
Estos acercamientos no pasan desapercibidos, ya que Ramírez ha sido un operador político del PRI. Sin embargo, su supuesta cercanía con personajes ligados a Morena no solo desconcierta a sus correligionarios, sino que también pone en duda los principios y lealtades que públicamente defendió mientras lideraba las filas del priismo en el estado.
Resulta llamativo que quien apenas hace unos meses encabezaba un partido que se declaró opositor al gobierno de Morena, ahora busque una puerta de entrada al proyecto de la Cuarta Transformación, lo anterior ya con la bendición y la venia del senador tabasqueño Adán Augusto López Hernandez quien recientemente se jaló a los Yunes a MORENA y por ende, tratan de acomodar sus piezas en el partido morenista.
Este tipo de movimientos dejan al descubierto una preocupante falta de coherencia ideológica en la política mexicana, donde parece que los intereses personales pesan más que las convicciones.
La posibilidad de que Ramírez Marín se sume a Morena plantea una incómoda pregunta: ¿es este un reflejo de la apertura inclusiva de la 4T o una señal de pragmatismo político donde las alianzas se construyen sin importar el pasado? Para muchos, este viraje podría enviar un mensaje contradictorio sobre los valores que Morena asegura representar.
Los próximos días serán clave para definir si este rumor se confirma o queda solo como una especulación. Lo cierto es que, en un estado tan politizado como Veracruz, cualquier movimiento de este tipo tiene el potencial de reconfigurar las dinámicas de poder y generar una nueva narrativa en la lucha política local.
Pero no extrañaría que esto suceda si recordamos que Marlon Ramirez tiene años al servicio del Clan Yunes.. y recordemos que los Yunes ahora son amigos y casi militantes de la 4T, si esto se consolida, nos queda claro que la dinastía mueve a sus peones ahora, para que hagan su trabajo dentro del color guinda.
Y con el anuncio de que ya se retiraron todas las ordenes de aprehensión y la FGR ya retiró la alerta Interpool para detener a Miguel Yunes pues se comprueba una vez mas que en POLITICA; lo seguro, es lo inseguro y que los Yunes siguen fuertes, dispuestos a seguir cultivando la milpa en la zona conurbada.
Pero nos queda claro que Rosa María Hernández y Bertha Ahued son las cartas mas fuertes de la 4T para ser consideradas las candidatas a la alcaldia para ambos municipios.
Aunque Ahued tiene una dirección en Costa de Oro, Boca del Río, también la tiene de Veracruz, sospechamos que al final será la gobernadora electa Rocio Nahle quien decida quién de las 2 es la candidata por el municipio mas importante, que es Veracriz.
Para donde se va Marlon Ramirez es alguien que a pocos le importa, Ramirez NO tiene nada, mas que su rollo, y como ya lo vemos a nivel nacional, lo que le convendría a MORENA es que haga una barrida en serio de esta clase de individuos que se enriquecieron al paso del PRI y que ahora tan campantes se pasan a Morena y son IN_TO_CABLES…. Ojalá y este NO sea el caso…
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