Pemex: Un Laberinto de Adeudos que Asfixia al Sur de Veracruz / Jeremías Trejo González / Opinión

La estabilidad de Pemex no es solo una cuestión de rentabilidad financiera; es una pieza clave para la economía del sureste mexicano. Foto Verificado.mx

Por: Jeremías Trejo González

La incertidumbre en los pagos de Pemex a contratistas y proveedores locales se ha convertido en una crisis que amenaza la estabilidad económica y laboral del sur de Veracruz. La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) ha lanzado una alerta urgente, advirtiendo que los adeudos, que superan los 1,500 millones de pesos, están llevando al límite a decenas de empresas de la región.

Si sumamos la deuda acumulada desde 2022, la cifra total podría rebasar los 3,500 millones de pesos. La transición sexenal ha profundizado la incertidumbre, dejando en vilo a empresas que ya enfrentaban una compleja situación financiera.

El impacto de esta crisis se siente en los corredores industriales de Veracruz, Campeche y Tabasco, poniendo en riesgo miles de empleos directos e indirectos. Las empresas constructoras, que alguna vez fueron pilares de la economía local, ahora enfrentan deudas con el SAT, el IMSS y el Infonavit, además de un creciente endeudamiento con instituciones bancarias.

El riesgo de quiebra está latente, y con ello, la pérdida de empleos que difícilmente podrán ser recuperados en el corto plazo.

El sur de Veracruz, históricamente un motor económico para el estado y el país, impulsado por la industria petrolera y de la construcción, se encuentra en una situación crítica. Las palabras de Iván Ordaz Aréchiga, presidente de la delegación Veracruz Sur de la CMIC, resuenan con preocupación: «Estos adeudos, que no han sido resueltos ni en el último periodo de la administración sexenal ni en la transición hacia la nueva gestión, mantienen en riesgo la estabilidad económica y laboral en la región sur de Veracruz».

La CMIC ha propuesto una salida: la implementación de un programa emergente que garantice un plan de pagos claro y transparente. La reactivación de la comisión mixta permanente entre Pemex y el sector empresarial es una medida urgente para otorgar certeza a los proveedores y, sobre todo, para restablecer la confianza en la relación entre la iniciativa privada y el gobierno.

Este llamado a la acción no puede ser ignorado. El fin de año se acerca, y con él, la necesidad de que las empresas cumplan con sus compromisos fiscales y laborales. Sin una solución inmediata, el impacto en la economía regional será devastador.

La estabilidad de Pemex no es solo una cuestión de rentabilidad financiera; es una pieza clave para la economía del sureste mexicano. La nueva administración federal tiene en sus manos la oportunidad de corregir el rumbo y evitar una crisis mayor.

De lo contrario, estaremos ante un escenario donde las promesas de desarrollo regional se conviertan en historias de quiebra y desempleo. El sur de Veracruz, así como Campeche y Tabasco, necesitan respuestas concretas, no más discursos.

La viabilidad económica de estas regiones depende de ello. La pelota está en la cancha de Pemex y del gobierno federal. ¿Responderán a tiempo?

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