Al menos 6 asesinatos políticos sin resolver en zona Zongolica-Cordoba

El de Benito Aguas fue un brutal asesinato político en la zona de Zongolica ya el primero en sexenio de Rocío Nahle

Efraín Hernández

Córdoba, Ver.-  La administración de Cuitláhuac García Jiménez estuvo marcada por una preocupante ola de violencia política en Veracruz, especialmente durante el segundo, tercer y quinto año de su gestión, periodo en el que se documentaron numerosos homicidios de figuras públicas. Esta inseguridad alcanzó niveles alarmantes en zonas como la Sierra de Zongolica, dejando una huella profunda en el panorama social y político.

El hecho más reciente ocurrió el lunes pasado, cuando Benito Aguas, legislador federal y defensor de los derechos indígenas, fue asesinado a balazos en Tepenaxcla mientras comía acompañado de otra persona. Este crimen tuvo lugar pocos días después de que Rocío Nahle asumiera como gobernadora, reabriendo viejas heridas en la región, como las generadas por el asesinato de Maricela Vallejo Orea, exalcaldesa de Mixtla de Altamirano. Vallejo fue emboscada y ejecutada junto a su esposo y chofer en abril de 2019, durante el segundo año del gobierno de García Jiménez. En julio de 2022, María Angélica Méndez Margarito, también exalcaldesa de Mixtla, fue condenada a 60 años de prisión como autora intelectual del homicidio.

En agosto de 2021, durante el tercer año de la administración, se produjo el asesinato de José Escamilla Aguilera, regidor electo por Morena en Córdoba, quien fue ultimado en el fraccionamiento Nuevo Elizabeth. Menos de 24 horas antes, Grodetz Ríos Andrade, coordinador del PT, fue ejecutado tras declinar a favor del entonces alcalde electo Juan Martínez Flores.

El quinto año no estuvo exento de tragedias. El 5 de marzo de 2023, Alexis Sánchez García, exdiputado local por Zongolica, fue asesinado junto a su hijo de tres años en Tezonapa, mientras su esposa resultó gravemente herida. El ataque se registró después de un evento familiar, evidenciando la constante vulnerabilidad de las figuras políticas ante el crimen organizado.

La violencia política no solo dejó un rastro de asesinatos, sino que también expuso la incapacidad de las autoridades estatales para garantizar la seguridad. Con Rocío Nahle al frente del gobierno estatal, las expectativas de revertir este panorama de inseguridad son altas, mientras el legado de violencia que dejó Cuitláhuac García Jiménez sigue siendo una cicatriz profunda para el estado.

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