Por: Jeremías Trejo González/
Coatzacoalcos, Ver. . La situación en Coatzacoalcos es alarmante. Las calles, inundadas de aguas negras y basura, reflejan una negligencia escandalosa por parte del presidente municipal, Amado Jesús Cruz Malpica.
La imagen de un torrente de aguas residuales a pasos del palacio municipal, un foco de infección que afecta a estudiantes y trabajadores, resume la indiferencia y la corrupción que imperan. Se argumenta que esta situación no es accidental. La hipótesis, difundida entre la ciudadanía y confirmada por fuentes internas —específicamente, Maythe Morales Ramos, directora de Comunicación Social— apunta a una estrategia calculada.
Amado Cruz, supuestamente en contubernio con Miguel Ángel Luna Modesto y Samuel Ordaz, estaría utilizando el caos urbano para allanar el camino a la «MARCELONA» (un grupo político con presuntos nexos con Marcelo Montiel), mientras asegura su propio futuro. La supuesta negociación con la presidencia de la República, saltándose incluso a Rocío Nahle, le habría garantizado a Amado un puesto seguro tras su mandato: la administración de «Utopía Floreciendo,» un proyecto disfrazado que, según las mismas fuentes, no es más que la remodelación del antiguo basurero de Las Matas.
Este lucrativo negocio, en conjunto con Samuel Ordaz, se beneficiaría de los recursos destinados a la remediación del espacio. Esta estrategia, según la información filtrada, incluye la compra de regidores para aprobar irregularidades fiscales, el nombramiento de incondicionales en puestos clave (como la sindicatura, para protegerse de futuras investigaciones por daño patrimonial), y el control de la prensa mediante sobornos. La «Utopía Floreciendo» no es un proyecto de desarrollo social, sino un vehículo para la continuidad del enriquecimiento ilícito.
La imagen de una ciudad sumida en la inmundicia es, entonces, un reflejo fiel de la corrupción que se ha apoderado de su administración. La negligencia no es accidental; es una estrategia calculada para beneficio personal y político a costa del bienestar de los ciudadanos de Coatzacoalcos. La impunidad con la que opera Amado Cruz, amparado por sus presuntos nexos con el poder central, es un insulto a la democracia y una muestra de la profunda crisis de gobernanza que vive el municipio. La ciudadanía merece una investigación exhaustiva y transparente de estas acusaciones, y una respuesta contundente a la degradación de su entorno y calidad de vida.
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