Efraín Hernández
El Crítico
El reloj avanza y los ciudadanos de Córdoba y Amatlán cuentan los días para despedirse de dos de los peores alcaldes de su historia: Juan Martínez Flores y Luis Arturo Figueroa Vargas. Sus administraciones han sido sinónimo de incompetencia, corrupción y nepotismo.
En Córdoba, Juan Martínez pasará a la historia como el peor alcalde que ha pisado el Palacio Municipal. Si con Lety López se creyó haber tocado fondo, su gobierno demostró que siempre se puede estar peor. La «Cuarta Transformación» quedó en el olvido, dejando tras de sí una administración desastrosa.
El caso de COMUDE refleja el desgobierno: cambios sin rumbo, con un luchador primero y luego un instructor de judo al frente, sin resultados. Lo mismo ocurrió en la Dirección de Educación y otras áreas, donde la incompetencia fue la norma.
Pero lo que realmente tiene nervioso a Juan Martínez es que Morena está en riesgo de perder la elección municipal. Con acusaciones de desvíos millonarios al final de su gestión, su futuro podría estar más cerca de los tribunales que de la política. Por eso su desesperación por imponer a la tesorera Rosa María Velasco Ramírez como su sucesora, en un intento de protegerse.
Juan Martínez permite que su operadora en el manejo de los recursos haga y deshaga, y es que trasciende en los corridos de palacio que la tesorera se siente en poder tras el trono porque también pasa a ser parte del grupo de mujeres que le rinden favores al edil y por lo tanto, creen que con eso ya tienen todo el poder para intentar ir por el cargo que este año dejará vacante el poblano.
El poblano cerrará este año metiéndole la mano al dinero de los parquímetros, entregó la obra a un familiar cercano a los operadores del Frente Cardenista a los que se les dieron 30 millones para que abran las calles por doquier y la ciudad esté hecha un caos víal porque tienen varias calles del centro abiertas y están trabajando 2 o 3 empleados por obra lo que provoca un caos vial. Deberían terminar una obra, que no son obras, sino poner una banqueta donde ya había, pero además, todas estaban el buen estado, la obra NO era necesaria. Mas bien, si hay sin lugar a dudas, un negocio multimillonario a repartir en cuántos funcionarios?.
En Amatlán, Luis Arturo Figueroa Vargas también ha fracasado. No solo entregará un gobierno gris, sino que ahora pretende perpetuarse en el poder imponiendo a su esposa, Daniela Alfaro Canseco. Un acto descarado de nepotismo, en contraste con Eduardo Rojas Camacho, quien dejó un gobierno ordenado, con obra pública y gestiones que la gente aún recuerda. Amatlán ya tuvo un buen gobierno, ¿por qué resignarse a uno malo?
Un adiós a Javier Vargas Salinas
El periodismo cordobés perdió una de sus plumas más críticas y certeras. Javier Vargas Salinas se nos adelantó el pasado domingo 9 de febrero, dejando un vacío en el gremio y en quienes seguíamos su trabajo. Su legado en su columna de opinión «La Encrucijada» quedará como referencia obligada para el periodismo de opinión en la región.
Desde esta columna, rindo homenaje a su labor, porque siempre admiré su estilo y su inigualable capacidad de análisis. Un pésame sincero a su familia. Hasta siempre, maestro. ¡Descanse en paz!.
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