De la Redacción
Era febrero de 2014, era el primer trimestre del año cuando un grupo armado (Cartel de los Zetas) privó de la libertad y luego de la vida al fotógrafo del periódico Notisur Gregorio Jiménez de la Cruz.
Gregorio Jiménez de la Cruz «Goyo» fotoreportero del diario Notisur cuyo cuerpo fue encontrado el 11 de febrero 2014 tras haber sido privado de la libertad días atrás.
Le sobrevivieron su esposa Carmela y cuatro hijos: Flor de Alhelí, Gregorio de Jesús, Amilcar de Abraham, Suemi Aremi Jiménez Hernández.
Goyo como cariñosamente le llamaban fue sepultado en panteón de Villa Allende, Coatzacoalcos.
El de Goyo fue el único asesinato de un periodista en 2014 la época más oscura de Veracruz en el Gobierno de Javier Duarte donde hubo un incremento significativo en las agresiones contra periodistas en comparación con 2013.
Carmela Hernández Osorio es la viuda de Gregorio Jiménez de la Cruz, fotógrafo de periódicos que trabajaba casi sin paga y combinaba con ser fotógrafo de fiestas para poder sostenerla a ella y sus cuatro hijos.
Afirma Carmela quien ayudaba a Goyo a tomar las fotos de sociales que sólo en algunos casos a los periodistas le conceden apoyo económico.
“El apoyo fue un año 10 meses, fue económico, cuando estaba la doctora Namiko pero ya de ahí no ha habido… Cuando salió Namiko ya se acabó porque me dijeron que yo tenía que hacer un oficio diciendo porqué se necesitaba (el apoyo económico). Yo les dije que no, que si habían apoyado les daba las gracias yo ya no solicité nada, yo me he dedicado a trabajar.
Desde que a Carmela y sus hijos les arrebataron el sostén de su hogar hace diez años, ella se ha dedicado a trabajar vende antojitos en la mañana y en la noche, además de que seguía tomando fotos en fiestas y las vendía.
Los presuntos responsables de la privación de la libertad y asesinato de Goyo están en la cárcel pero sin sentencia fija y con apelaciones que dejan lugar a que en cualquier momento puedan salir de la prisión; su familia duramente ha salido adelante y el caso del periodista y sus asesinos aún sin sentencia se considera en impunidad por irregularidades desde el Poder Judicial.
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