Familia de soldado caído enfrenta obstáculos para despedirlo

El soldado Noé Muñoz Arroyo ahora descansa en su tierra natal, pero su historia deja abierta la pregunta sobre qué tan protegidos están los militares y sus familias en casos como este.

Efraín Hernández

Calcahualco.- El sacrificio del soldado Noé Muñoz Arroyo, originario de Xamatipac, municipio de Calcahualco, no solo dejó un vacío entre sus seres queridos, sino que también evidenció las dificultades que enfrentan las familias de militares en servicio.

A sus 21 años, Muñoz Arroyo perdió la vida tras un enfrentamiento entre fuerzas federales y civiles armados en El Dorado, Sinaloa. Aunque fue trasladado a un hospital y permaneció en terapia intensiva, el daño cerebral que sufrió resultó irreversible.

Ante la noticia, su familia intentó viajar hasta Sinaloa para acompañarlo en sus últimas horas, pero la falta de apoyo complicó el traslado, lo que les impidió verlo con vida. Fue hasta el retorno de su cuerpo a Veracruz cuando pudieron darle el último adiós en una ceremonia con honores militares, donde pobladores y compañeros de batallón le rindieron homenaje con música de mariachi y el toque de silencio.

 

Quedó en evidencia que los familiares de Noé no pudieron verlo con vida debido a la falta de apoyo que no tuvieron para ir a Sinaloa donde murió.

 

El caso de Muñoz Arroyo refleja una realidad frecuente entre las familias de militares caídos en cumplimiento del deber. Aunque las ceremonias oficiales destacan su valentía y compromiso, los procesos para que sus familiares puedan acompañarlos en situaciones críticas o recibir apoyo inmediato siguen siendo un desafío.

El soldado Noé Muñoz Arroyo ahora descansa en su tierra natal, pero su historia deja abierta la pregunta sobre qué tan protegidos están los militares y sus familias en casos como este.

Comentarios

¡Síguenos!