Luis Ortiz
Este miércoles, cientos de fieles católicos acudieron a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción en Veracruz para recibir la ceniza, dando inicio al tiempo de Cuaresma, un periodo de penitencia y reflexión en preparación para la Semana Santa.
El obispo de la Diócesis de Veracruz, Carlos Briseño Arch, destacó el significado espiritual de este día, recordando la fugacidad de la vida y la importancia de centrar el corazón en Dios más allá de las cosas materiales.
Durante su mensaje, el obispo resaltó los tres pilares fundamentales de la Cuaresma: el ayuno, la oración y la limosna. Explicó que el ayuno no se limita a la restricción de ciertos alimentos, sino que también implica renunciar a hábitos que pueden alejarnos de lo esencial.
“Podemos ayunar del teléfono, de la televisión o de cualquier cosa que nos robe tiempo para dedicarnos a lo que realmente importa”, señaló.
Sobre la oración, Briseño Arch la definió como un medio para abrirse a Dios y experimentar su amor, mientras que la limosna, dijo, es una manifestación de ese amor al compartir con los demás y practicar la solidaridad.
“A veces una sonrisa, una palabra de aliento o simplemente escuchar a alguien es una forma de caridad”, expresó.
En cuanto al mensaje de la Iglesia para este 2025, el obispo recordó que los cristianos deben considerarse “peregrinos de la esperanza”, teniendo presente que su verdadera morada no está en la tierra.
También se refirió a la práctica de la vigilia de los viernes, explicando que la abstinencia de carne es una tradición, pero que cada persona puede ofrecer sacrificios distintos según su realidad.
“No se trata solo de alimentos; el verdadero ayuno es renunciar a algo que nos gusta para acercarnos más a Dios”, dijo.
Sobre la salud del Papa Francisco, Briseño Arch reconoció que su condición es delicada debido a su edad, pero enfatizó la importancia de la oración por él.
“No podemos predecir nada, pero seguimos orando por él, pidiendo a Dios que le dé fuerzas y que se cumpla su voluntad”, concluyó.
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