Efraín Hernández
Fortín .- Familiares y amigos de Pablo, el joven boxeador de 19 años asesinado por un policía, marcharon pacíficamente desde la colonia Ballinas hasta el Palacio Municipal de Fortín. Con pancartas en mano, los manifestantes exigieron justicia con mensajes como «Nos quitaron un amigo, a un boxeador con sueños y metas», «Queremos años de cárcel para ese policía», y «Ni uno más». Este lamentable hecho ha generado indignación en la ciudadanía, pues en unos meses estaría cumpliendo 20 años.
Al llegar al Palacio Municipal, los asistentes colocaron pancartas y fotografías en la fachada como símbolo de protesta. Sin embargo, el personal de guardia intentó intimidarlos, aunque finalmente optaron por resguardarse dentro del edificio. Entre las consignas visibles destacaban frases como «La lucha de pocos es por el futuro de muchos», «Hoy fue Pablo, mañana podríamos ser nosotros», y «Pablo debería estar estudiando, no enterrado y recordado».
También se desplegó una lona en la entrada con la leyenda «Memoria de Pablo» y carteles exigiendo seguridad para los deportistas.

Vecinos que conocieron al joven expresaron su temor ante la llegada de la Policía Estatal y denunciaron públicamente amenazas por parte del comandante municipal, quien ahora se desplaza encapuchado en las patrullas de la SSP. Además, señalaron a Teresa del Niño Jesús, enlace del Mando Único, como la persona que realmente dirige las acciones represivas en la zona. Ante esto, exigieron al presidente municipal Gerardo Rosales Victoria que sea destituida de manera inmediata, pues la comunidad ya no confía en las autoridades encargadas de la seguridad.
Este caso ha puesto en entredicho la gestión del alcalde, quien ha guardado silencio frente a los reclamos de justicia. Mientras tanto, el regidor de la comisión de seguridad, Orlando Rosas Sánchez, se ha mantenido al margen de la situación, sin pronunciarse sobre los abusos denunciados contra la ciudadanía. La falta de acciones concretas por parte del gobierno municipal solo ha intensificado la indignación y el miedo entre los habitantes de Fortín.
Comentarios