Luis Ortiz
Veracruz, Ver. — La crisis que atraviesa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha llevado a sus trabajadores a alzar la voz. Este jueves, empleados de la institución se manifestaron para denunciar la precarización laboral, la falta de recursos y el desinterés de las autoridades, lo que ha derivado en el deterioro de museos y zonas arqueológicas en todo el país.
Daniel Vázquez Pérez, secretario de Trabajo y Conflicto de la Sección Veracruz del Sindicato Nacional Democrático de los Trabajadores de la Secretaría de Cultura, advirtió que la plantilla laboral se ha reducido considerablemente, afectando directamente la operación de los espacios culturales.
“La plantilla laboral se está reduciendo. De cada diez trabajadores que se jubilan, solo se contrata a uno nuevo, dejando vacíos que afectan directamente la operación de los centros culturales y arqueológicos”, señaló Vázquez Pérez.
Uno de los problemas más graves, denunciaron los manifestantes, es el cierre prolongado de museos y sitios históricos. En Veracruz, el Baluarte lleva más de siete años sin abrir al público, mientras que el Museo del Tajín permanece cerrado desde hace cinco años.
“La situación es crítica. Se han hecho trabajos de mantenimiento, pero los espacios siguen sin abrirse. Un edificio cerrado se deteriora más rápido y el esfuerzo de restauración se pierde”, lamentó el representante sindical.
A esto se suma la falta de insumos básicos. Los trabajadores afirmaron que, en muchas ocasiones, han tenido que cubrir de su propio bolsillo gastos como gasolina para el transporte, material de limpieza e incluso productos sanitarios para los baños de los museos y zonas arqueológicas.
Según los inconformes, los recursos que deberían destinarse a la conservación del patrimonio cultural están siendo canalizados a programas sociales, dejando al INAH en una situación de abandono.
Finalmente, los trabajadores expresaron su rechazo a la continuidad de Diego Prieto como director general del instituto, acusándolo de no gestionar los recursos necesarios para mantener en condiciones dignas los espacios culturales.
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