La Traición en Verde: Ramírez Zepeta y la putrefacción de Morena en Veracruz

La indignación de la militancia es comprensible. Si el partido no toma medidas drásticas y transparentes para investigar y sancionar a los responsables de esta corrupción, el castigo en las urnas será severo.

Por: Isaac Martínez Pérez.

Las recientes acusaciones contra Esteban Ramírez Zepeta, Delegado Estatal de Morena en Veracruz, no son simplemente un escándalo político más; son un síntoma grave de la descomposición que corroe por dentro al partido en el poder. Robó, traicionó y mintió, según las denuncias de comités municipales, y las cifras son escalofriantes: un millón de pesos por una candidatura a la presidencia municipal, 300 mil por una sindicatura y 200 mil por una regiduría. No estamos hablando de pequeñas irregularidades, sino de una venta descarada del poder, una burla a la democracia y a los ideales que, supuestamente, representa Morena.

La imagen de un partido que lucha contra la corrupción se desmorona ante la evidencia de un sistema de cuotas y favores donde el mérito y la capacidad quedan relegados a un segundo plano. La colocación de familiares de «personajes de peso» en candidaturas, sin importar su idoneidad o posibilidades de éxito, es la confirmación de un modelo basado en el nepotismo y el clientelismo, prácticas que tanto criticaron en el pasado. ¿Qué mensaje se envía a la militancia y a la ciudadanía cuando se premia la lealtad personal por encima del compromiso con el proyecto político?

La fractura interna en Morena Veracruz es inevitable. La indignación de la militancia es comprensible. Si el partido no toma medidas drásticas y transparentes para investigar y sancionar a los responsables de esta corrupción, el castigo en las urnas será severo. La confianza se ha roto, y reconstruirla requerirá mucho más que simples disculpas. Se necesita una purga profunda que elimine a los oportunistas y a los corruptos que se han infiltrado en las filas del partido.

Pero la responsabilidad no recae únicamente en Ramírez Zepeta. La cúpula de Morena a nivel nacional debe asumir su parte de culpa. ¿Cómo es posible que este tipo de prácticas se desarrollen a plena luz del día sin que se tomen medidas preventivas? La falta de vigilancia y de mecanismos de control internos ha permitido que la corrupción florezca, minando la credibilidad del partido.

La situación en Veracruz es un llamado de atención para todo el país. Si Morena no logra limpiar su casa y recuperar su esencia, corre el riesgo de convertirse en otro partido más del sistema, un partido que ha traicionado sus propios principios y que ha perdido la confianza de su electorado. La lucha contra la corrupción no puede ser selectiva; debe ser una batalla interna sin concesiones. De lo contrario, la traición en verde seguirá manchando la imagen del partido y erosionando la confianza en la política mexicana.

Comentarios

  1. ¿De verdad siguen creyendo que morena quiere terminar con la corrupción?
    Ellos llegaron a imponer la de ellos. Basta ver al delincuente de Cuitláhuac García suelto, cuando robó y se coludió con delincuentes (según documentos de SEDENA).
    No va a pasar nada con el corrupto de Ramírez Zepeda, por el simple hecho de pertenecer al grupo delincuencial en el poder.

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