Por: Isaac Martínez Pérez.
Guatemala, 24 de marzo. Una ceremonia de bautizo en el Lago Atitlán se convirtió en una tragedia el domingo pasado, dejando un saldo de un fiel fallecido y varios más luchando por sus vidas. El incidente, ocurrido en la tarde del 23 de marzo, ha generado conmoción y cuestionamientos sobre la seguridad de los eventos religiosos en la zona.
Videos grabados por testigos muestran el momento en que varios participantes del bautizo, mientras se sumergían en las aguas del lago como parte del ritual, comenzaron a hundirse. En medio del pánico, algunos lograron llegar a la orilla con dificultad, mientras otros luchaban contra la corriente. Desafortunadamente, uno de los fieles perdió la vida en el lugar.
Las imágenes muestran escenas de caos y desesperación, con personas en la orilla observando impotentes la lucha por la supervivencia de los participantes en el agua. La profundidad del lago, aparentemente mayor a lo anticipado, fue un factor determinante en la tragedia.
Muchos cuestionan la falta de precauciones tomadas por los organizadores del evento. Señalan que una evaluación previa de la profundidad del agua, y la implementación de medidas de seguridad, podrían haber evitado esta tragedia. La falta de personal capacitado en rescate acuático también es un punto criticado.
Las autoridades locales se encuentran investigando el incidente para determinar las responsabilidades y tomar medidas para prevenir futuros accidentes. Mientras tanto, la comunidad de Atitlán llora la pérdida de un miembro de su fe, recordando un acto religioso que terminó en una tragedia evitable. El suceso ha generado un debate sobre la necesidad de mayor supervisión y seguridad en eventos religiosos que involucran actividades acuáticas.
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