El engaño de una vida mejor

El hallazgo en rancho Izaguirre zapatos, mochilas, bolsas y demás objetos personales que cuentan cada uno, una historia que tal vez jamás conocerá la sociedad mexicana. Foto Debate.
- en Opinión

Lo que el sujeto apodado “El Lastra” acaba de confesar era un secreto a voces.

Que el crimen organizado se ha apoderado también de las redes sociales para sus horrendos fines.

Que para hacerse de gente a trabajar de lo que ellos hacen es a fuerza como están haciéndose de gente.

Si las personas quisieran esa vida a puñados los encontrarían, harían filas, se pelearían por pertenecer.

Infortunadamente el crimen organizado en este país siempre va mil pasos adelante, porque tenemos autoridades cómplices que se vuelven omisas por conveniencia.

Las historias donde una joven u un muchacho salen de casa a una entrevista de trabajo y ya no vuelven cobra sentido.

Aquellos muchachitos que le dicen a su mamá que les ofrecen una oportunidad única para ganar una suma que no se percibe fácilmente solo por manejar o por irse a otra ciudad a trabajar en algo sencillo pero muy bien pagado, ya lleva cola.

En este mundo y en esta sociedad nadie regala nada, aquellas ofertas de trabajo que se vean demasiado buenas para ser verdad, exacto! Son falsas.

Hemos conocido ya sea por alguna amistad o familiar que se fue a una de esas ofertas de trabajo y no regresó.

Hay muchos casos de personas desaparecidas que así sucedió, se fueron y ya no los volvieron a ver.

Lo que todos debemos aprender de este momento tan terrible del país es que si es real lo que parecían “leyendas urbanas” sobre el reclutamiento del crimen organizado.

Que a los adolescentes y hasta adultos hay que estar atentos para no ser víctimas de estos criminales que no van a detenerse por nadie.

Hoy detuvieron a uno que operaba 39 páginas que las dieron de baja la policía cibernética.

Pero este sujeto solo es uno de una organización, en un estado.

Imaginemos cuántos grupos criminales hay haciendo lo mismo.

Así que decenas de cientos de páginas están en este justo momento reclutando hombres y mujeres.

Que la necesidad o el sueño de una gran vida en poco tiempo no lleve a nadie a ser víctima.

Pero entre más estén informadas las personas sobre esta confesión que hizo este delincuente, al menos ya sabemos a qué le tiramos cuanto alguien acepte una oferta de trabajo sin que exijan demasiada preparación.

Las cosas buenas cuestan y cuestan: tiempo, esfuerzo y mucha disciplina.

Quien tiene dinero no es el que trabaja 20 horas, el que logra una estabilidad por la derecha hace un gran esfuerzo y tiene una enorme disciplina para todos los días, los objetivos que valen la pena se dan en la constancia.

Nadie está exento de ser víctima en este país cuando nos confiemos estamos en mayor riesgo.

Comenta ese modus operandi con la familia, con amigos para que todos se cuiden y tomen sus precauciones.

La única arma que tienen los ciudadanos es la información no hay otra.

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