Redacción
El escándalo financiero con raíces en Veracruz ha comenzado a escalar a niveles federales. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, abrió una investigación formal contra los empresarios veracruzanos Bernardo Romano García y Aitana García Fernández por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Los señalamientos apuntan a una posible red de captación ilegal de recursos y simulación de operaciones que habría operado a través de la empresa New England Capital, con sede en Boca del Río. De acuerdo con un documento oficial ya en manos de los investigados, la UIF giró un citatorio para que ambos comparezcan en su sede en la Ciudad de México.
La investigación fue turnada a la Dirección General de Análisis, el área especializada en detectar esquemas de lavado de dinero y delitos fiscales. Como parte del proceso, se está revisando el historial de transacciones bancarias y la estructura empresarial de Romano y García Fernández, así como su relación con diversas personas físicas y morales afectadas por operaciones presuntamente fraudulentas.
El caso no es aislado,a esta indagatoria se suma una orden de embargo precautorio dictada por un juez civil de la Ciudad de México, que afecta a la mencionada empresa New England Capital y a distintos bienes registrados a nombre de los investigados. Además, la Interpol emitió una ficha roja para su localización y posible captura por el delito de extorsión, y la alerta migratoria solicitada al Instituto Nacional de Migración continúa vigente, impidiéndoles legalmente salir del país.

A pesar de estas restricciones, testigos aseguran haber visto a los empresarios paseando con normalidad por zonas exclusivas del puerto de Veracruz, lo que ha generado indignación entre algunas de las personas afectadas.
Entre las víctimas figura la empresa Portafolio de Negocios, dedicada al préstamo de capital, aunque no es la única. La lista de posibles acreedores sigue creciendo conforme surgen nuevas denuncias y testimonios de personas que aseguran haber sido defraudadas.
Mientras tanto, el estilo de vida de Bernardo Romano y Aitana García aparentemente no parecía corresponder con la situación legal que enfrentan, autos blindados, relojes de diseñador, cenas privadas, propiedades en zonas exclusivas y viajes al extranjero habrían sido financiados con recursos de origen dudoso, según la versión de los denunciantes.
La UIF ya los tiene en la mira y al parecer todo indica que el caso apenas comienza a tomar forma en tribunales y medios
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