Pese a todos los discursos y promesas, el IMSS cerró 2024 con una cifra que duele: no surtió 11 millones de medicamentos, según datos oficiales obtenidos por El Universal.
Eso equivale a 4.5 millones de recetas que nunca llegaron a manos de los derechohabientes.
Personas esperando insulina, antibióticos, tratamientos para cáncer o enfermedades crónicas.
Esperando… y nada.
Lo más grave: la escasez en 2024 fue tres veces peor que en los años de Peña Nieto, cuando no se superaban los 2 millones de recetas no surtidas.
El problema no es nuevo.
Lo nuevo es la incapacidad de resolverlo después de años diciendo que sí se podía.
Aunque eso también está dejando de ser nuevo.
Comentarios